El presidente Donald Trump y su familia se han encontrado en las criptomonedas un recurso para ampliar su fortuna personal y consolidar un nuevo frente de negocios. En menos de un año, los Trump han logrado consolidar millas de millones de dólares a su caja fuerte gracias a estos activos digitales.
Hace un año, en paralelo con su campaña presidencial, Donald Trump anunció el lanzamiento de World Liberty Financial (WLFI), su propia criptomoneda.
En ese momento se trató de un movimiento arriesgado en un mercado altamente volátil, pero que resultó estratégico: WLFI no solo buscaba capitalizar la creciente popularidad de los activos digitales en Estados Unidos, sino también proyectar a Trump como un líder capaz de marcar tendencias económicas en un terreno dominado por gigantes como Bitcoin y Ethereum.
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El pasado 1 de septiembre, bajo el liderato de Eric Trump, Donald Trump Jr. y Barron Trump, el proyecto alcanzó un hito decisivo al abrir su token homónimo al mercado abierto en plataformas como Binance. El resultado sorprendió incluso a los más optimistas: en menos de una hora, los intercambios superaron los 1.000 millones de dólares, lo que disparó la cotización.
Este 8 de septiembre, ese título ya registraba una capitalización de 5.843 millones de dólares en el mercado. El clan Trump posee aproximadamente 22.500 millones de tokens, lo que representa casi una cuarta parte del suministro total. Cada uno conserva un valor de 0,21 dólares (precio del 8 de septiembre).
American Bitcoin: la jugada estratégica de Eric Trump
Eso no es todo, el protagonismo cripto de la familia Trump va más allá. Eric Trump ha tomado la delantera con otro proyecto: American Bitcoin, compañía creada en marzo de 2025 y que se dedicaba a la minería de activos digitales.
El modelo de negocio busca posicionar a Estados Unidos como un actor clave en la generación de criptomonedas, en un momento en el que la industria minera se debate entre restricciones regulatorias y la necesidad de reducir su impacto energético.
El debut bursátil de American Bitcoin fue explosivo. El pasado 3 de septiembre, la compañía salió al mercado público y sus acciones se dispararon en las primeras jornadas de negociación.
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La participación de Eric Trump, alcanzó una valorización de más de 500 millones de dólares en cuestión de días, lo que refuerza la idea de que los Trump están diversificando su imperio económico en torno a los activos digitales.
Un imperio cripto en construcción
En conjunto, World Liberty Financial y American Bitcoin consolidan a la familia Trump como un nuevo jugador de peso en el ecosistema cripto. Según Bloomberg se trata de un patrimonio conjunto que supera los 1.300 millones de dólares.
Los negocios de Trump en el sector ya representan una parte significativa de su riqueza total. Y lo más relevante es que la mayor porción de esa fortuna aún permanece bloqueada en forma de tokens que, en caso de ser liberados, podrían incrementar de manera sustancial su poder económico.
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Más allá de la discusión sobre los riesgos del mercado de criptomonedas, lo cierto es que la incursión de la familia Trump ha sido calculada y exitosa. Primero, con una estrategia de tokenización ligada a la figura política de Donald Trump, lo que atrajo a simpatizantes y especuladores; y luego, con una apuesta más empresarial a través de la minería digital, liderada por Eric.
¿Donald Trump tiene conflicto de interés con las criptomonedas?
El ascenso de los Trump en el mundo cripto también abre un debate político. Durante su primer mandato en la Casa Blanca, Donald Trump mostró reservas frente a las criptomonedas, llegando a calificarlas de “amenaza” para el dólar.
Sin embargo, el giro para su segundo mandato fue llamativo. Hubo un cambio de narrativa que no es casual: los activos digitales se han convertido en un campo atractivo para quienes buscan diversificación, poder económico y conexión con nuevas generaciones de votantes que valoran la innovación tecnológica.
Y es que para nadie es un secreto que Donald Trump ha intensificado su respaldo a las criptomonedas con una estrategia que busca posicionar a Estados Unidos como líder global del sector. El expresidente planteó la creación de una reserva estratégica de Bitcoin, así como la reforma de la SEC y otros entes reguladores para eliminar la incertidumbre legal que frena la innovación financiera.
Su propuesta incluye incentivos fiscales y alianzas con plataformas como Crypto.com, con el fin de atraer capital extranjero y consolidar al país como centro mundial de innovación digital. Mientras sus críticos advierten sobre posibles conflictos de interés, los defensores de las criptomonedas celebran la visión de Trump como una apuesta por la soberanía monetaria y la descentralización.
De hecho, el 21 de enero tras la segunda posesión de Trump, el Bitcoin se valorizó un 1,88%. Pasó de tener un valor de 102.038,50 a valer 103.957,90 dólares. Y en el mes previo subió 6,49% solo en el último mes, y su balance a seis meses es de un extraordinario repunte de 54,80%. Este 8 de septiembre esa valorización es mejor: con un precio de 112.723 dólares.
Analistas explican que esto se debe a la expectativa de una regulación más favorable para las criptomonedas con el mandato del presidente republicano.
Por ahora, la fórmula parece estar funcionando: World Liberty Financial y American Bitcoin son ya dos de los proyectos más comentados del mercado cripto, y su impacto económico en el patrimonio de los Trump promete seguir siendo noticia en los meses venideros.
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