El flujo de financiación desde China hacia América Latina fue de 29.000 millones de dólares en 2015, con Venezuela, Brasil y Ecuador como principales receptores, y un cambio de tendencia hacia proyectos de infraestructura.
Es una diferencia de 10.000 millones de dólares más, frente a los 19.000 millones de dólares prestados en 2014, según el informe anual del centro de estudios “Diálogo Interamericano”.
Esto recursos provienen, principalmente, de dos instituciones gubernamentales: China Development Bank y el Export-Import Bank.
De nuevo, y como ha venido ocurriendo en los últimos años, “la inversión de China en Latinoamérica superó los préstamos conjuntos aportados por el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)”, señaló a Efe Kevin Gallagher, profesor de la Universidad de Boston.
Mientras que China refuerza sus inversiones en la región, otras instituciones internacionales las reducen.
Por ejemplo, el Banco Mundial bajó sus préstamos a la región en un 8 % hasta los 8.000 millones el año pasado, y el BID lo hizo un 14 %, hasta los 11.500 millones de dólares.
Solo Brasil, recibió el año pasado de los chinos 10.650 millones de dólares, seguido de Venezuela con 10.000 millones de dólares, y por Ecuador con 7.000 millones de dólares.
La mayoría de la financiación fue a parar a la petrolera estatal Petrobras (Brasil), igual que en Venezuela con (Pdvsa), que obtuvo 5.000 millones de dólares.
“El caso venezolano es particular por la posibilidad de caer en un impago, dada su crisis actual”, remarcó Gallagher.
Ecuador, por su parte, recibió la mayor parte de los fondos para proyectos de transporte, sanidad y educación.
La lista la siguió Bolivia con 850 millones de dólares para la red vial, Costa Rica con 400 millones de dólares para autopistas. Desde 2005, la financiación de China para América Latina ha ascendido a 125.000 millones de dólares.