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A pesar del ambiente de cordialidad que se respira en la Comisión de Permanente de Políticas Laborales y Salariales, no están dadas las condiciones que fácilmente conduzcan a un acuerdo entre centrales obreras, gremios, con la mediación del ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón.
Y eso lo saben las dos orillas que pujan por un alza del salario mínimo para 2015 que sea mínimo (empresarios) o máximo (trabajadores).
De ahí que la discusión que continuará mañana, con la presentación del Dane, y el jueves, cuando se esperan las primeras propuestas de incremento, de parte y parte, en esta oportunidad está supeditadas más a factores externos.
Las cifras técnicas presentadas el miércoles pasado por el Banco de la República (tasas de inflación esperadas en 2014 y 2015), Planeación Nacional (productividad laboral 2014) y el Ministerio de Hacienda (crecimiento económico), en esta oportunidad tienen menos influencia en las argumentaciones que se pongan sobre la mesa.
De una parte, será definitivo si el Gobierno recoge las propuestas que el Consejo Gremial Nacional (CGN) busca introducir a la ponencia para segundo y último debate de la reforma tributaria en las plenarias de Senado y Cámara.
“Los empresarios no estamos dispuestos a que nos claven una reforma tributaria y, aparte de eso, pretendan que la nómina se incremente más allá de lo que nos dicen las cifras”, señaló bajo reserva de su nombre un dirigente gremial.
Desde el otro lado, las centrales obreras, pese a las buenas relaciones con el Gobierno, tienen la espinita de haber apoyado en la segunda vuelta al presidente Santos, a cambio de cumplir con la reducción de los aportes a salud de los pensionados y radicar el proyecto de reforma a la jornada laboral, que modifique la vigente Ley 789 de 2002 en cuanto a recargos nocturnos, dominicales y festivos, así como de reconocimiento de horas extras.
“El Gobierno no les ha cumplido a los trabajadores y las expectativas eran muy altas, así que con la credibilidad minada, no se ve un acuerdo y es más probable que sea el Gobierno quien fije el ajuste del mínimo”, concluye Carlos Julio Díaz, director de la Escuela Nacional Sindical (ENS).