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Los tiempos de pandemia lo cambiaron todo, tanto para cada individuo como para las empresas. Nos estamos adaptando a una nueva realidad. Así lo afirma María Dulnikiewicz, gerente de la empresa de estrategia comunicacional y de marca Performante, quien añade que, curiosamente, el distanciamiento nos acercó más que nunca.
La conclusión sale del estudio “La importancia de Marca Empleadora en tiempos de crisis mundial”, realizado por esta compañía en julio pasado, cuando analizó los cambios observados en once empresas durante la pandemia, a través de las percepciones de sus líderes (Ver recuadro Hallazgos en la pandemia).
Según la empresaria “muchos aspectos que sabemos que son importantes, pero a los cuales no les damos la relevancia que merecen dada la velocidad en la que nos movemos día a día, hoy se convierten simplemente en imprescindibles: comunicación trasparente y eficiente, líderes cerca de sus equipos, compañías que escuchan y apoyan a sus colaboradores, programas de capacitación muy bien definidos”.
Igualmente, advierte que sin colaboradores dedicados, motivados e identificados con la empresa, pasar por las dificultades o, sencillamente alcanzar el éxito, se hace mucho más difícil.
“Justo ahora, las compañías están viviendo su momento de la verdad: demostrar que la imagen que proyectan y que aquello que publican para atraer a los mejores y más adecuados talentos, no es solo una teoría, sino, por el contrario, es lo que verdaderamente son y lo que viven a diario al interior de la organización”, enfatiza Dulnikiewicz.
Algo que resalta Dulnikiewicz de las observaciones hechas es que las empresas adaptaron sus actividades a la realidad que se vive y planean, incluso con mayor conciencia, seguir fortaleciéndolas para cuando se supere la pandemia.
El análisis de Performante indagó sobre el impacto de las restricciones en las actividades de las empresas y encontró que en todos los casos se consideró el bienestar de los colaboradores como la prioridad máxima. También, en todos los casos, los procesos más importantes fueron adaptados totalmente al teletrabajo, manteniendo intacto lo más importante: la cultura de la compañía, las oportunidades de desarrollo, la comunicación interna y el reconocimiento (ver Informe).
En ese contexto, EL COLOMBIANO consultó a los empresarios antioqueños para que explicaran qué lecciones está dejando el coronavirus y anticiparan sus expectativas frente al 2021.
Gonzalo Pérez Rojas, presidente del Grupo Sura, anota que la pandemia ha planteado la necesidad de desarrollar capacidades y competencias en todo el talento humano para trabajar en la incertidumbre, la ambigüedad y altas velocidades, una tendencia que el coronavirus hizo obligatoria y que se debe gestionar con estructuras organizacionales flexibles, para lograr la adaptación, ser más pertinentes y responder a las personas y las empresas que confían en nuestra organización.
“Una segunda lección de la pandemia es que estamos llamados a reconocer la tarea que nos corresponde y hacernos cargo, no se trata de esperar que sean los gobiernos u otros quienes gestionen una situación excepcional. Solo desde la corresponsabilidad y pensando juntos podemos enfrentar este momento, tender puentes y aportar a soluciones colectivas”, añade.
Así mismo, manifiesta que la pandemia nos demuestra que el progreso debe estar centrado en las personas como seres individuales y colectivos. “En este caso, la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino que es integral: física, mental y financiera. Eso nos plantea que la salud hoy es determinante para la competitividad y el progreso en todas las sociedades”, explica.
En cuanto a las perspectivas para 2021, desde Sura se prevé que será un año con incertidumbres frente a la evolución de la pandemia y su efecto en los negocios.
“De cara al país, será un año clave en la reactivación económica, la recuperación del empleo y de las pequeñas empresas. Hoy contamos con aprendizajes, capacidades y condiciones mucho mejores en ese sentido. Los economistas indican ahora que el Producto Interno Bruto (PIB) rebotará por encima de 4 %, jalonado por el consumo interno, el gasto público y sectores como infraestructura y vivienda”, concluye.
Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, expresa que la coyuntura derivada de la expansión de la Covid-19 representa uno de los momentos más retadores de la historia, ante la necesidad de mantener los negocios en funcionamiento y preservar los empleos, de generar una oferta más consciente para los consumidores y, sobre todo, de ser un apoyo para enfrentar la nueva realidad económica.
Considera que “tal vez la primera lección aprendida sea la de la solidaridad, traducida en la necesidad de pensar en el otro debido a las circunstancias. Esto pasa por la responsabilidad con los empleados, los proveedores y todos los grupos de interés. Pero el compromiso no termina ahí. El empresariado tiene que seguir apoyando la recuperación del país tras el fuerte impacto social y económico que está dejando la pandemia”.
Al mismo tiempo, resalta Mora, que el esfuerzo de las empresas ha estado marcado por el concepto más usado en todos los niveles durante el 2020: la reinvención, que da cuenta de la voluntad de renovar la oferta para atender a consumidores que cambiaron sus hábitos, procurando su propio cuidado y el de su economía.
“Allí fueron claves la preparación digital de los negocios, los servicios financieros y las cadenas logísticas, para que las personas pudieran seguir atendiendo sus necesidades de consumo de manera confiable y segura”, precisa.
Y de cara a lo que demandará el próximo año afirma: “Será tarea del sector financiero seguir acompañando a personas y empresas en un camino de recuperación que podría, según nuestros pronósticos, tomar entre 2 y 5 años, y en el que hasta ahora solo vemos los primeros pasos que nos llevarán al ingreso por habitante observado antes de la pandemia”.
Para el banquero también será esencial que “más allá del discurso, debemos impulsar acciones conjuntas entre las entidades privadas y el gobierno, puestas en números y en indicadores a gestionar. Esta es una muestra de que los empresarios estamos activos, que como líderes trabajamos por combatir la inequidad, la pobreza, la falta de confianza, la crisis de ética y valores”.
Desde la óptica de Juan Carlos Moreno, presidente de Pintuco, la gran lección que deja la pandemia es que el compromiso de la gente marca la diferencia, es decir “ante un problema tan inesperado y al que a todos nos tomó por sorpresa, la única manera que una compañía tiene para salir adelante es con el compromiso de los colaboradores. Eso suena a cliché y parece que ya lo sabíamos, pero en nuestro caso lo hicimos realidad, pues la gente unida alrededor de un propósito es capaz de marcar la diferencia”.
Adicionalmente, comenta que la coyuntura demostró que hay maneras diferentes de hacer las cosas y que en ocasiones el freno lo impone la falta de decisión para asumir los riesgos. “Aquí nos tiraron a nadar sin el flotador y nos tocó hacerlo. Por esto logramos varias cosas: el trabajo colaborativo a distancia mejoró mucho, la capacidad de interactuar en múltiples temas y regiones sin la necesidad de viajar le dio un aire diferente a los negocios y la comunicación con el consumidor dinamizó y aceleró los medios digitales”.
Y, ¿cuál es un ejemplo de esa tirada a nadar que le tocó a la empresa? “Montar la plataforma de despachos a domicilio, con pasarela de pagos, cumpliendo las exigencias del cliente y con la posibilidad de transportarlo con agilidad fue algo que hicimos corriendo riesgos y sin quedarle mal a los consumidores”, responde Moreno.
Sobre el panorama para los negocios el próximo año menciona que será un periodo de cautela porque todavía hará parte de cómo se va a dar el proceso de recuperación económica. “Queremos crecer en 2021 y aunque las condiciones externas son adversas, creemos que tenemos las condiciones internas para superar esa adversidad. Posiblemente sea un año difícil, con una tasa de desempleo alta, un ambiente preelectoral con una conversación diferente y enrarecida que no ayudará a generar confianza entre los consumidores y con la incertidumbre por el éxito de la vacuna contra el coronavirus y el temor de un tercer pico de contagio, pero ante ese escenario tenemos que estar preparados para sortear esas complejidades”, dice.
Carlos Iván Villegas, presidente de la compañía de financiamiento Tuya, señala que la lección más grande está enfocada en la cercanía con el cliente. “La resiliencia y la capacidad de adaptación harán que muchas empresas sobrevivan y otras no. Así algunas tuvieran grandes tecnologías y grandes patrimonios, creo que sobreviven las que se adaptan más rápido y en ese sentido nosotros que teníamos planeaciones de un mes, fuimos capaces de reconfigurar todos los objetivos de la empresa para este año en tres días”, asegura.
De cara a lo que será el año 2021, Villegas prevé que será de transición. “Que el calendario marque el primero de enero no significará que todo pasó, creo que viene un momento en el que a los empresarios nos corresponde dar un paso al frente, acompañar a la mayor parte de los clientes y protegerlos. Además, de hacer todo lo que se pueda para preservar el empleo y que la economía se reactive”.
No obstante, reconoce que hay reservas por la alta incertidumbre que sigue generando la pandemia, por lo que será prudente tomar precauciones (ver ¿Qué sigue?).