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Suiza comenzará este año a dar los pasos para que los 266 bancos que tiene comiencen a entregar información de sus clientes extranjeros desde 2018. Se trata de un paso doloroso para un país tan orgulloso de su secreto bancario, que data de 1934.
El país helvético, que ha gozado durante años de un sistema bancario impenetrable ante intentos de terceros de conseguir datos de sus ciudadanos con cuentas en Suiza, empezará desde enero a reunir datos bancarios de clientes extranjeros.
Esto es parte del intercambio automático de información acordado con 38 socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
Suiza aceptó en 2014 sumarse al estándar de la Ocde para no perder su estatus de plaza financiera internacional y en 2015 firmó un acuerdo con la Unión Europea (UE). Ha sido la presión desde el exterior, sobre todo de Estados Unidos.
Durante mucho tiempo, el país se negó a entregar datos de clientes estadounidenses al Gobierno de ese país. La disputa comenzó en 2008. Pero cuando el Departamento de Justicia denunció al banco UBS y amenazó con retirarle la licencia en EE. UU., Suiza no tuvo opción (ver Dicen de...).
Este país lidera la gestión de fortunas privadas de extranjeros, al copar 25 % de cuota mundial de este negocio, según la Asociación Suiza de Banqueros (ASB). Se gestionan 6,6 billones de francos (6,1 billones de euros) y la mitad proceden del extranjero.
El sector financiero aporta 9,3 % del producto interno bruto (PIB) y genera 167 mil empleos.