Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
Se podría generar un período durante el cual una empresa nueva listada en bolsa esté exenta de impuestos al patrimonio y las personas que inviertan en acciones, exentas del impuesto a dividendos.
Por David Yanovich - opinion@elcolombiano.com.co
Los problemas del sistema tributario en Colombia están más que diagnosticados. El reto grande no es saber que hacer, sino poder hacerlo. Ampliar la base tributaria, eliminar exenciones y exclusiones en el IVA, eliminar exenciones para empresas y personas naturales, la inclusión de una mayor base tributaria al impuesto de renta, todos son elementos que se han mencionando desde hace muchísimo tiempo como los problemas fundamentales del estatuto tributario en el país.
Los problemas reales vienen a la hora de implementar las reformas que se necesitan. El populismo, el facilismo y el dogma imperan a la hora de las discusiones tributarias en el país. Y de ahí se derivan preceptos peligrosísimos, como que hay que gravar a los “ricos”, a los “empresarios”, a las “empresas”, cada vez más. Algo que seguramente se verá, nuevamente, en la reforma que este gobierno presentará para la próxima legislatura.
En Colombia el 80% de los impuestos los pagan las empresas y el 20% las personas naturales, una proporción totalmente al revés de países más desarrollados e inclusive que otros países en América Latina. Pero son las empresas las que generan riqueza, empleo y capacidad de consumo en hogares. Sin embargo, este punto fundamental no ha calado en el pensamiento nacional.
Esta percepción de que hay que gravar más a las empresas, a los ricos, puede ser consecuencia de que Colombia es uno de los países con menos democratización del capital, donde la propiedad de las empresas está en manos de una proporción relativamente pequeña de la población. Esto en buena medida es consecuencia de, por un lado, no tener un mercado de capitales desarrollado. Y por el otro, de una muy pequeña proporción de empresas que deciden abrir su capital en el mercado público.
Abrir la propiedad del capital puede ser un antídoto para cambiar la percepción de que a las empresas hay que gravarlas más. En la medida en que una mayor proporción de la población sea beneficiaria de la riqueza generada por las empresas colombianas, creería que habría un mayor apoyo a migrar la carga impositiva de las empresas a las personas naturales.
La pregunta es como incentivarlo. Se podría generar un período durante el cual una empresa nueva listada en bolsa esté exenta de impuestos al patrimonio y las personas que inviertan en acciones, exentas del impuesto a dividendos. Para esto, se puede pensar en ampliar los vehículos de ahorro, como fondos de inversión colectiva distintos a los fondos de pensiones, que permitan a personas con ingresos, pero sin empleo, invertir en acciones, con algunos montos exentos de renta durante algún período.
Las empresas necesitan diversificar sus fuentes de capital y acceder a mayores recursos para invertir y crecer. La generación de demanda por instrumentos del mercado de capitales permite a los empresarios abrir cada vez más su capital y así ganar más adeptos para que, finalmente, se puedan tomar las decisiones para corregir los problemas estructurales del sistema tributario.