Pico y Placa Medellín
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Lo que no tiene en estatura lo tiene en corazón. Pero sus 1.60 mts le dieron la rebeldía, las ganas, la calle y el amor por el ruido. Su personalidad, sus letras, su batería, su voz y su vida definieron lo que significó ser punkero en Medellín, un grito desesperado, una pelea en la calle, una camiseta pintada, una cresta a medias y un caseto por grabar.
Desde los años 80 agarró unas baquetas y no las soltó jamás. Su edad ahora supera las bodas de zafiro y reafirma su vida no solo en la actuación y dirección de televisión y cine, sino en el punk, en su batería que ha sido su gran amor por más de 30 años.
Recuerda cada canción, desde las de Sex Pistols, Ramones, The Clash, hasta las míticas Ramera de Barrio y Sin Reacción de la banda sonora de...
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