Desde el jueves de la semana pasada vienen apareciendo cadáveres arrojados en las calles, en especial en el occidente de Medellín. El último hallazgo se produjo en el sector de San Joaquín donde se descubrió en dos costales el cuerpo de un hombre de 51 años.
El balance es de 7 muertos, 5 envueltos en sábanas y 2 encostalados y desmembrados. Aterrador. Para la ciudad se trata de una imagen bastante perjudicial. Al margen de que puedan ser “ajustes de cuentas” entre grupos criminales, se trata de una seguidilla de acciones macabras que las autoridades deben frenar.