La batalla que se dio entre bandas rivales, en la cárcel de Manaos, en el Amazonas brasileño, que dejó al menos 56 muertos, retrató el desgobierno en los penales del país vecino y el poder del crimen organizado. Víctimas decapitadas y guardias retenidos.
Una realidad que aproxima a la de la Cárcel Bellavista, en Medellín, donde, si bien no se registra esa violencia masiva y letal, sí se reportan agresiones y heridos por disputas de pandillas. Entre las causas se cuentan el altísimo hacinamiento, el microtráfico y el control de territorios. Alerta, autoridades penitenciarias.