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La historia del profe colombiano que cambió el aula por YouTube y llegó a 10 millones de suscriptores

Alexander Gómez, más conocido como Profe Alex, pasó de dar clases en un colegio público de Boyacá a liderar el canal educativo en español más grande de YouTube, reconocido con la casi inalcanzable Placa Diamante. En entrevista con EL COLOMBIANO, repasó los momentos clave de su vida.

  • “De joven, nunca pensé ni siquiera en estudiar”. Conozca la vida de Profe Alex, el primer EduTuber con 10 millones de suscriptores. FOTO cortesía Google
    “De joven, nunca pensé ni siquiera en estudiar”. Conozca la vida de Profe Alex, el primer EduTuber con 10 millones de suscriptores. FOTO cortesía Google
  • La historia del profe colombiano que cambió el aula por YouTube y llegó a 10 millones de suscriptores
  • La historia del profe colombiano que cambió el aula por YouTube y llegó a 10 millones de suscriptores
hace 3 horas
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Con 17 años y recién graduado del colegio, Alexander Gómez no tenía planes claros a futuro. Creció en una familia humilde de Duitama, Boyacá, y pensaba más en trabajar que en estudiar una carrera profesional. Un día, su padre le entregó el dinero para pagar el recibo de la luz y tomó una decisión inesperada: en vez de cumplir con la diligencia, usó la plata para inscribirse en la universidad. El regaño fue inmediato, pero esa apuesta cambió el rumbo de su vida. “Yo nunca quise ser profesor. La verdad nunca pensé, ni siquiera, en estudiar”, recuerda hoy.

Ese paso lo llevó por una vida dedicada a las matemáticas y la docencia, ejerciendo esa profesión en un pequeño colegio del municipio de Pesca durante 19 años. Ahora, Alexander es conocido como “Profe Alex” y es una celebridad absoluta en YouTube.

El reconocimiento a su trabajo llegó este mes con la Placa Diamante, galardón reservado a los gigantes de esa plataforma. Para él, no es solo un trofeo simbólico, sino la confirmación de que un canal de matemáticas podía movilizar a millones de estudiantes y abrir un espacio propio en el mundo digital.

En entrevista con EL COLOMBIANO, el Profe Alex admitió que nunca imaginó alcanzar ese nivel de audiencia, pues “en la vida pensé llegar a los 10 millones, era imposible pensar que un canal educativo lograra eso”. El hito, de hecho, es histórico, pues ningún canal latinoamericano de esta naturaleza había llegado a esa cifra. Sus colegas EduTubers (youtubers que enseñan) celebraron el logro porque, como él mismo señala, abrió una puerta inédita para la educación en español.

Aquel camino comenzó de manera artesanal: “Empecé grabando con un micrófono manos libres y una cámara de segunda, sin contarle a nadie”, dijo Gómez al recordar sus primeros pasos como creador.

Hoy, esas grabaciones caseras son parte de la leyenda de un proyecto que se transformó en un aula digital que ayuda a millones de personas a diario en el canal @MatematicasprofeAlex.

Profe, cuénteme cómo nació su gusto por las matemáticas.

“Las matemáticas han sido importantes en mi vida, desde pequeño siempre me gustaron. Creo que una de las culpables de que me gusten es mi tía que me enseñó las tablas de multiplicar. Me las enseñó, eso sí y como dice el chiste, a chancletazo, pero solo si las decía mal. Y siempre me fue bien. Creo que ahí me empezaron a gustar las matemáticas.

Cuando uno ve que es bueno en algo, le empieza a gustar. En mi caso, como ya me sabía las tablas en segundo de primaria, pues era uno de los mejores en la clase”.

¿Y qué lo llevó a estudiar una licenciatura?

“Pues en matemáticas yo siempre era bueno, pero era la única materia que me gustaba. Yo era súper desjuiciado en el colegio y la verdad casi no hacía tareas de nada, excepto de matemáticas.

Obviamente, hay varios profesores que marcaron también mi gusto por el tema, porque me explicaban muy bien, me hacían cogerle cariño a las matemáticas, pero el terminar trabajando en esto fue fortuito. Yo nunca quise ser profesor, aunque la verdad nunca pensé, ni siquiera, en estudiar.

Lo que pasa es que yo vengo de una familia muy pobre en la que ninguno de nosotros pensaba en llegar a estudiar en una universidad, era algo muy muy lejano. Ni siquiera lo teníamos como opción. Entonces, yo no pensaba estudiar en la universidad, simplemente pensaba hacer otras cosas con mi vida.

Yo crecí en Duitama, Boyacá, un municipio ya no tan pequeño. Allá está la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, que es donde finalmente estudié, y hay universidades privadas, pero por la situación económica de mi familia ni siquiera pensábamos en esa opción. No planeaba en qué iba a estudiar, sino en qué iba a trabajar. Eso fue fortuito, como muchas cosas que me han pasado en la vida.

Por ejemplo, después de que salí del colegio, me fui al ejército y luego me puse a trabajar de ayudante en latonería, que es un trabajo en que solo tenía que lijar metal para que pintaran el exterior de los carros. Pasé un tiempo en ese trabajo y un día me vi las manos, las tenía vueltas nada. En ese momento me dije que no podía seguir haciendo eso y busqué la forma de estudiar.

Yo ni siquiera sabía qué quería porque nunca lo había pensado, pero como la única universidad que había en Duitama era la Pedagógica, pues tenía que mirar las carreras que había ahí. Pero tampoco tenía para una matrícula.

Al final, lo que hice fue buscar cuál era la carrera que dictaban en jornada nocturna y la única opción era Licenciatura en Matemáticas y Estadística. Algo curioso es que para inscribirme a la universidad había que pagar un dinero, ¿no? Pues esa plata lo pagué con lo que mi papá me dio para pagar la luz. Mi papá me dijo: ‘Tome, hágame el favor y paga el recibo de la luz’. Yo me enteré que estaban en inscripciones y con ese dinero me inscribí. Luego me gané un regaño fuerte de mi papá, pero bueno, menos mal lo hice.

Por eso es que resulté siendo profesor, no fue por gusto nada más sino porque era la única opción que había y, pues, porque yo quería dedicarme a algo que no fuera tan difícil físicamente, como fue lo de ayudante de latonería”.

La historia del profe colombiano que cambió el aula por YouTube y llegó a 10 millones de suscriptores

¿Y qué tal fue esa etapa universitaria? ¿Tuvo que continuar trabajando para pagar sus estudios?

“A mí siempre me han gustado los retos y había un familiar de mi papá que cuando se enteró de que yo había entrado a la universidad le dijo a él: ‘¿Y usted cree que él, a punta de papas y arroz, va a salir adelante?’ Cuando mi papá me contó eso, pues decidí que iba a demostrarle a esa persona que yo sí iba a poder con la universidad. Entonces, me volví muy juicioso y el primer semestre me gané una beca.

Eso fue buenísimo y además yo ya estaba trabajando en algo, así tenía al menos ingresos para colaborar en la casa y para mis gastos. Entonces toda la carrera estudié becado porque siempre saqué el primer puesto”.

¿Pasó entonces esa etapa universitaria y de inmediato se enroló en el ámbito laboral con su carrera?

“Sí, tal cual. Cuando ya había terminado materias, estaba haciendo mi trabajo de grado, que consistía en dar clases en la cárcel de Duitama. Estaba en esa etapa y salió concurso docente. Yo me presenté solo para saber cómo era el concurso y después, cuando ya fuera profesional, me presentaba en forma y al menos tenía idea.

Ese día, la mayoría de compañeros salían diciendo que qué examen tan difícil y yo hasta me preocupé. Siempre he tenido la idea de que si uno está en un examen y le parece muy fácil, es porque algo hizo mal. Por eso salí preocupado, es que a mí me pareció súper fácil.

Ya después salieron los resultados. Nos presentamos como 3.200 personas y yo quedé segundo en ese examen. Me fue súper bien.

Y ya después hice todo el proceso para ingresar a trabajar. Me tocó fue terminar la tesis corriendo, trasnochar demasiado para alcanzar a graduarme y todo fue como muy justo de tiempo. O sea, ni siquiera había terminado la universidad cuando ya había empezado a trabajar en un colegio público en Pesca (Boyacá)”.

¿Cómo fue esa primera experiencia docente formal?

“Al comienzo les decía a mis estudiantes que me parecía más difícil dar clases en un colegio que dictarles a reclusos. Allá había gente culpada por asesinato, por cosas tremendas, pero cuando estaban en clase conmigo todos eran un amor, todos eran muy juiciosos, trabajaban bien, lo que uno les pusiera a hacer, lo hacían... yo la pasé muy bien allá, pero cuando me presenté en el colegio, pues vi que los estudiantes molestaban mucho. Por eso decía que era más difícil darles clases a ellos que en la cárcel.

Pero en general a mí desde el comienzo se me facilitó enseñar. Cuando estaba en la universidad yo daba clases particulares a algunos estudiantes que me pedían ayuda y me pagaban. Desde ese momento siempre me han dicho que, no sé qué tengo, pero a mí me entienden muy bien los temas, aunque la verdad nunca tuve la vocación de ser profesor, nunca lo quise, pero ya después me gustó.

Aunque sí me gusta dar clases, lo que no me gustó de ser docente, porque ya me retiré, era todo lo demás. El papeleo, llevar observadores, preparar cada clase. Todo ese proceso administrativo es lo que no me gusta”.

¿Cuánto tiempo trabajó como profesor?

“Duré diecinueve años. Desde que salí nombrado en el examen y porque fui de los primeros, pude escoger para dónde irme. Elegí Pesca, que lo conocía, aunque casi no conocía ni siquiera Boyacá porque nosotros no teníamos dinero ni siquiera para salir de paseo. Pero desde que quedé nombrado en Pesca, trabajé diecinueve años en el mismo colegio”.

Cuénteme cómo fue ese momento en que decidió unir la edición de vídeos con la enseñanza de matemáticas

“En realidad, yo empecé con otro canal que se llama Joalgoba. Eso fue hace quince o diecisiete años ya. Una vez estaba buscando algo para hacer en el computador y no encontré nada. En esa época buscaba mucho en YouTube, aunque no era tan usado como ahorita. El caso es que no estaba en ningún video lo que yo necesitaba y tuve que investigar por otro lado. Cuando supe cómo se hacía lo que yo necesitaba, dije ‘pues ya que no hay videos de esto, voy a grabar uno explicando cómo hacer esas descargas de archivos’, que es lo que yo necesitaba.

Hice ese video y mi intención solo era subirlo para ver si a alguien le servía. Al rato vi que ya tenía diez visitas y me sorprendí porque no pensé que fuera tan rápido. A los pocos días miré el canal y ya tenía tres suscriptores. Y cómo así que tres personas quieren ser suscriptores de mi canal si solamente subí este video. Ya luego me empezaron a escribir que les gustaba como expliqué el tema y me pedían otros videos. Igual que empezaron todos los canales.

Entonces, yo creo que por ahí una vez al mes subía yo un video de algo de tecnología, de cómo pasar archivos al computador, por ejemplo, y así pasó el tiempo. Luego ya llevaba con la espinita unos tres años pensando cómo unir esto en lo que yo trabajo, con esto otro que también me gusta, que es la edición de videos. Estuve ese tiempo pensando en cómo iniciar mi canal de matemáticas, ya tenía pensado el nombre, los colores, el logotipo, todo, y cuando hice mi maestría en gestión de la tecnología educativa una parte del trabajo de grado era crear un canal de YouTube para enseñar la ecuación de la recta. Así fue como empecé el canal”.

Entonces, arranca este proyecto de matemáticas, ¿cómo fue el inicio del canal? ¿Empezó a tener la misma acogida que en el otro proyecto?

“Pues, en ese otro canal ya tenía más o menos 80.000 suscriptores, que para la época era mucho. Y arrancar de ceros siempre es difícil. La primera vez subí todos los videos de un curso que preparé y creo que esa fue una de las cosas diferentes que tenía mi canal, porque en esa época casi ninguno ofrecía cursos, o sea, en varios canales uno podía ver videos de ejercicios, casi todos eran así, y yo dije, pues, si yo fuera la persona que quiere aprender, a mí me gustaría que me enseñaran un curso completo, o sea, que si yo quiero aprender a factorizar, mire, que me digan lo primero que tiene que saber es esto, luego esto, luego esto, y ahí sí empiece a factorizar.

Yo quería hacer eso y el primer día subí creo que más de veinte videos, obviamente yo ya llevaba mucho tiempo grabando el curso y en mi primer canal, subí un video invitando a los suscriptores a que me apoyaran en el nuevo canal, que era de matemáticas.

Siempre se suscribieron bastantes y mi canal fue desde el comienzo un éxito porque se suscribían muchísimas personas y nunca paró de crecer. No sé por qué, no sé qué sería, pero desde el comienzo me fue muy bien”.

Profe, ¿qué sintió cuando sus primeros estudiantes o sus familiares descubrieron este canal de matemáticas y se empezó a meter de lleno en YouTube?

“Algo que yo siempre le digo a la gente es que, así tengan miedo, invito a todos a que creen su propio canal, porque a mí me parece que esto es una buena forma de compartir lo que uno sabe.

Yo cuando empecé el canal de matemáticas, mi familia no lo sabía, yo no le conté a nadie, la única persona que sabía era mi esposa, y ya después se fueron enterando, por ejemplo, se enteró mi mamá, mi papá, mi hermana y luego más personas, como primos y amigos, se enteraron. En ese momento ya el canal tenía más o menos 100.000 seguidores y yo igual no le conté a nadie”.

Qué tan difícil fue arrancar con este canal de matemáticas, profe Alex, ¿tuvo buena acogida desde el inicio?

“Yo inicié en el 2016, desde el principio quería que fuera el canal con más suscriptores, no sé por qué, pero tenía ese reto. Así, desde el comienzo me propuse trabajar duro y subir vídeos, pase lo que pase, digan lo que digan, comenten lo que comenten. Iba a trabajar hasta que me agote o hasta que lo logre.

Revisando un archivo de marzo del 2017, o sea, cuando llevaba casi un año con el canal, yo tenía ya retos a cumplir, de pequeño a grande.

Uno era pasar a un canal que se llamaba Profe AlexZ, que en esa época tenía 1.800 videos y 35.000 seguidores. Después tenía a Math2me, que era el segundo canal más grande con 940.000 seguidores, y el reto luego era pasar al primer canal, el de Julio Profe, que ahora es muy amigo mío y en ese entonces tenía 1,5 millones de seguidores.

Yo ya llevaba como siete meses subiendo videos, tenía 218 videos y 5.000 suscriptores, es decir que subía un video casi a diario. Pero sí, iniciar nunca es fácil, es algo que siempre le digo a la gente, no crean que empezar a crear es sencillo, que con grabar diez videos vas a lograr un millón de seguidores. No, lo más probable es que las cosas no sean así de sencillas. Yo trabajé un año para tener 5.000 seguidores y en esa época no ganaba nada”.

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Hay proyectos enormes, como escribir un libro, sacar adelante una segunda carrera, abrir un canal de YouTube... todo esto requiere sacrificios personales, tal vez dejar de lado a la familia, otras aficiones. ¿Usted qué ha tenido que hacer para mantener el canal activo durante tanto tiempo?

“Nunca me habían hecho esa pregunta y nunca lo había pensado. Pero es cierto, lleva muchos sacrificios. Me recuerda algo que me sucedía en el colegio de Pesca: la gente, compañeros, me decían que era raro entrar a la sala de profesores y no verme sentado en el escritorio, y ese fue el primer sacrificio, mi tiempo libre porque todo se lo dedicaba al canal.

Todo mi tiempo, en las horas libres del colegio y fuera del colegio, siempre estaba editando o preparando algún vídeo. En los descansos siempre estaba trabajando en el canal, a no ser que tuviera que calificar. Cuando llegaba a mi apartamento, almorzaba y me sentaba en la oficina a trabajar, y generalmente me terminaba acostando 10 o 11 de la noche porque el ruido del edificio era tremendo. Entonces, para poder grabar mis vídeos, me tocaba hacerlo pasadas las 10 de la noche, porque era la hora en la que menos ruido había. Entonces, sacrificio sí, obviamente muchísimo tiempo dedicado a eso.

También por eso fue que me retiré, aunque ya estaba nombrado y podía tener mi pensión, pero quería tener tiempo libre para descansar, para dedicarme a cosas que siempre quise hacer y no pude por estar trabajando. El tiempo que sacrifiqué fue siempre harto. Y siempre le digo a las personas con las que hablo, especialmente a los jóvenes, que el tiempo que uno sacrifique de su juventud va a ser un ahorro inmenso para tener una vejez o una adultez muchísimo mejor. Definitivamente no me arrepiento para nada de lo que sacrifiqué”.

¿Cómo maneja los comentarios en internet?

“De mil mensajes habrá uno medio feo, pero la mayoría son agradecimientos. Estudiantes, profesores, padres, abuelos. Muchos me dicen: ‘Gracias a usted pasé la materia, ingresé a la universidad’. Eso me llena de energía para seguir”.

¿Recuerda alguna anécdota con seguidores?

“En la calle la gente se emociona, me piden un abrazo o una foto. Guardo muchos obsequios: dibujos, cuadernos, vasos. En Paraguay una seguidora me regaló un dibujo junto al profe Julio, fue muy especial”.

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¿Qué significó recibir la Placa Diamante?

“Yo sí pensaba en el botón de plata y de oro, pero nunca en llegar a los 10 millones. Era imposible pensar que un canal educativo lograra eso. Soy el primer canal educativo en español en alcanzarlo. La alegría no fue solo mía, también de mis colegas. Todos celebraron conmigo”.

¿Cómo cree que su canal ayuda a democratizar el conocimiento?

“Demasiado. Muchas personas me dicen que gracias a mis videos entraron a la universidad. YouTube democratizó la educación, porque permitió que todos aprendiéramos lo que quisiéramos. Desde cocinar arroz hasta matemáticas, todo está ahí”.

¿Qué viene ahora?

“Tenemos un proyecto que por ahora es un secreto, pero te voy a adelantar algo: estamos pensando en crear una plataforma educativa que ayude a los estudiantes de colegio, principalmente, a perderle el miedo a las matemáticas. Ese es mi plan cercano, en lo que estoy trabajando en estos momentos.

Quiero ayudar al estudiante que le va mal en matemáticas o quienes crean que son malo en esto, porque yo creo que no hay nadie malo para las matemáticas. Desde el corazón, creo que todos somos buenos, solo que nos faltó un mejor enfoque, tiempo, dedicación o una forma interesante de que nos explicaran algo.

Esto es importante que una persona que no sabe matemáticas, o que crea que es mala, nunca va a pensar estudiar una ingeniería y puede perder oportunidades. Y yo he escuchado de muchas personas que eligieron X o Y carrera porque no tenía matemáticas”.

¿Qué temas disfruta enseñar más?

“Los básicos, como fracciones y decimales. Son los más importantes y a la vez los que más le cuestan a la gente”.

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