Obras de arte como La Mona Lisa, La noche estrellada o Las meninas son consideradas patrimonio cultural de la humanidad debido al significado histórico y artístico que cada una posee. Aunque estas obras están protegidas y conservadas en algunos de los museos más prestigiosos del mundo, en ocasiones también requieren ser restauradas, ya que el paso del tiempo no transcurre en vano.
En algunos casos, este proceso puede durar semanas e inclusive décadas. Pero ahora un grupo de expertos de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) creó una técnica que permite crear restauraciones digitales de obras dañadas y transferirlas físicamente a las piezas originales. Para ello, utiliza algoritmos de inteligencia artificial, reconocimiento de imágenes y técnicas avanzadas de reproducción de colores.
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Esta nueva herramienta permite reducir el tiempo de las restauraciones a solo un par de horas.
Lo que hace esta innovadora técnica es imprimir una película de polímero muy delgada, como una especie de máscara, la cual se alinea con el cuadro dañado. Esta sirve de sustituto que, además de poder retirarse fácilmente, ayudaría a los conservadores del futuro para saber cómo fue la pintura antes de la restauración y qué cambios sufrió a lo largo del tiempo.
Para probar la invención, lo que hicieron los ingenieros del MIT fue recibir una pintura del siglo XV que tenía 5.612 zonas que necesitaban ser reparadas. Lo que hicieron con la nueva técnica fue rellenar con 57.314 colores estas áreas, proceso que tardó menos de cuatro horas, o sea, 66 veces menos que un proceso de restauración tradicional.
El primer paso para lograr esto fue limpiar la pintura de manera tradicional, ya que tiene más de 600 años y había sido intervenida en varias ocasiones. Luego, fue escaneada y, con ayuda de inteligencia artificial, se creó una versión digital que muestra cómo lucía la obra en el momento en que fue originalmente pintada. Para su restauración, se imprimió una máscara que se colocó sobre la pintura original. Esta capa puede retirarse fácilmente, ya que fue realizada con materiales solubles que permiten eliminar la intervención sin dañar la obra original.
Ese tipo de restauraciones no alteran definitivamente la obra original porque la parte realizada con IA puede quitarse fácilmente. Por eso sus creadores aseguran que esta herramienta puede ser útil para que los restauradores obtengan resultados similares al estilo del autor de la obra. Además, una de las preocupaciones es la cuestión ética, la cual sigue pendiente de ser abordada. Los ingenieros del MIT consideran que aún necesitan debatir sobre los desafíos éticos involucrados en este proceso “para ver cómo se puede aplicar de una manera que sea coherente con los principios de conservación”.
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