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La caja automática nació a finales de los años 30 en Estados Unidos, un Oldsmobile fue el primer vehículo que la incorporó y desde los años 50 prácticamente copó la dotación de transmisiones de la producción norteamericana. Desde comienzos de siglo ha cobrado auge en otras partes del mundo y ya es común verla en los autos europeos y asiáticos de todas las gamas.
En Colombia cada vez son menos las opciones de automóviles que se encuentran con caja manual en el mercado. En las gamas altas es prácticamente inexistente este tipo de transmisión, mientras en las medias y bajas solo se ven prácticamente en los modelos de entrada y en los subcompactos.
“La caja automática llegó para quedarse por la comodidad que brinda el conducir sin operar un embrague y mover la palanca constantemente. Además, cada vez se parecen en rapidez y eficacia a las manuales y poco a poco se va desmitificando que no sirven para montaña o subidas”, dice Orlando Sánchez, técnico en mantenimiento y reparación de cajas automáticas.
Cuando abordamos por primera vez un vehículo automático lo primero que notamos es la ausencia de pedal izquierdo, el que se utiliza para conectar el embrague en uno manual. Con la caja automática este proceso se evita, brindando mucha más comodidad a quien conduce. El pie izquierdo va siempre descansado.
También es conveniente recordar que el selector de la caja tiene las letras P, R, N D, y en algunos modelos los números 3,2,1 y al letra L. De ahí se desprende que P es la posición de parqueo, que se inserta para apagar el vehículo y dejarlo engranado; R reversa, para la marcha atrás; N neutra, para que el carro ruede por su propia inercia, y D que es la directa, la que engrana automáticamente los cambios y la que usamos para iniciar la marcha. Los números 3, 2 y 1 indican la marcha en la que se puede bloquear la caja para lograr el torque deseado (más potencia o más velocidad) y la L es “Low” o bajo para que el auto se contenga en un descenso pronunciado sin forzar los frenos o suba con mayor soltura “amarrando” el motor en un solo cambio. Recuerde que con el auto detenido es necesario pisar el freno para engranar cualquier marcha.
Hay algunos modelos que vienen con el modo manual, generalmente destacado con la letra M en el selector y que al activarlo nos permite hacer los cambios por nosotros mismos, pero sin necesidad de embragar con el pedal. Esta maniobra se lleva a cabo con la barra de cambios hacia arriba o hacia abajo o con las paletas en el volante cuando el auto tiene esta opción.
“Mucha gente prefiere llevarlo en modo manual para sentir la progresión del motor y controlar ella misma la marcha del carro. Así tiene sensaciones más deportivas y directas y a la vez tiene una sensación más relajada y eficaz que la caja manual tradicional”, dice Andrés Gutiérrez, asesor en un concesionario de autos de alta gama.
Una automática piensa por usted. El objetivo actual de las cajas automáticas es el de aprovechar mejor el rendimiento del motor y a su vez controlar el consumo. “Hace unos años una caja automática hacía que el consumo de gasolina fuera mayor que en un carro mecánico, porque solo traían tres o cuatro cambios y eran entonces de relaciones muy largas y el carro muy perezoso. Por eso la gente decía que no servían para lomas. Hoy eso ha cambiado y hay cajas automáticas en carros normales que pueden traer hasta nueve y 10 cambios, esto con el fin de encontrar siempre la velocidad y el empuje adecuado sin tener que subir el carro de revoluciones y así no gastar tanta gasolina”, dice Orlando Sánchez.
Así la caja “lee” las condiciones de cada terreno para llevar el cambio más adecuado, pero nosotros la podemos manejar con el pie según la presión que ejerzamos sobre el pedal de aceleración. En una maniobra de adelantamiento, por ejemplo, al pisar a fondo el acelerador la caja reduce dos o tres cambios gracias a un efecto llamado “kick down” y “entiende” que lo que queremos es mayor potencia y puede sortear mejor la situación.
No importa si es una caja automática de convertidor de torque (la más difundida), de variador continuo (CVT) o de doble embrague (las más deportivas), siempre que estacionemos el auto llevemos la palanca a la posición N (neutro), apliquemos el freno de mano y pongamos la palanca en P (parking), esto permitirá que el carro descanse sobre los frenos y no sobre los soportes de la caja impidiendo que se desgasten de manera prematura.
En detenciones prolongadas como semáforos o en espera no es necesario pasar a neutra (N), aunque si quiere hacerlo no hay problema pues puede tener menos vibraciones en cabina. Incluso las cajas de doble embrague pueden desconectar el engranaje de la velocidad cuando el carro frena totalmente sin que el conductor intervenga.