Un equipo de astrónomos detectó un nuevo tipo de explosión estelar: una micronova, descubrimiento consignado esta semana en la revista Nature, y que consiste en estallidos que tienen lugar unas pocas horas en la superficie de enanas blancas.
“Hemos descubierto e identificado por primera vez lo que llamamos una micronova”, dice Simone Scaringi, investigador de la Universidad de Durham (Reino Unido) y director del estudio, “un fenómeno que desafía nuestra comprensión de cómo ocurren las explosiones termonucleares en las estrellas; creíamos que lo sabíamos, pero este descubrimiento propone una forma totalmente nueva”.
Las micronovas son eventos extremadamente potentes, pero son pequeños a escalas astronómicas. Son mucho menos energéticas que las explosiones estelares conocidas como novas, un tipo de explosión que los astrónomos conocen desde hace siglos. Ambos tipos ocurren en enanas blancas, estrellas muertas con una masa cercana a la de nuestro Sol, pero tan pequeñas como la Tierra.
¿Qué es lo que ocurre?
Una enana blanca en un sistema de dos estrellas puede robar material, principalmente hidrógeno, de su estrella compañera si están lo suficientemente cerca.
A medida que este gas cae sobre la superficie muy caliente de la estrella enana blanca, activa los átomos de hidrógeno para fusionarse en helio de manera explosiva. En las novas, estas explosiones termonucleares ocurren en toda la superficie estelar.
“Esas detonaciones hacen que toda la superficie de la enana blanca arda y brille intensamente durante varias semanas”, explica la coautora Nathalie Degenaar, astrónoma de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos).
Las micronovas son explosiones similares, más pequeñas en escala y más rápidas, que duran solo varias horas. Ocurren en algunas enanas blancas con fuertes campos magnéticos, que canalizan el material hacia los polos magnéticos de la estrella.
La importancia del descubrimiento
Estas nuevas micronovas desafían la comprensión de los astrónomos de las explosiones estelares y pueden ser más abundantes de lo que se pensaba. “Simplemente demuestra cuán dinámico es el universo. Estos eventos en realidad pueden ser bastante comunes, pero debido a que son tan rápidos, son difíciles de detectar en acción”, explica Scaringi.
El equipo encontró por primera vez estas misteriosas microexplosiones al analizar los datos del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite, satélite para sondeo de exoplanetas en tránsito) de la NASA. “Al observar sus datos descubrimos algo inusual: un destello brillante de luz óptica que dura unas pocas horas, y buscando más, encontramos varias señales similares”, confirma Degenaar.
El equipo observó tres micronovas con TESS: dos eran de enanas blancas conocidas, pero la tercera requirió más observaciones con el instrumento X-shooter, instalado en el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), para confirmar su condición de enana blanca.
El descubrimiento de micronovas se suma al repertorio de explosiones estelares conocidas. El equipo ahora quiere captar más eventos esquivos de este tipo, lo que requiere de sondeos a gran escala y mediciones de seguimiento rápidas. “La rápida respuesta de telescopios como el VLT o el Telescopio de Nueva Tecnología de ESO y el conjunto de instrumentos disponibles nos permitirán desentrañar con más detalle qué son estas misteriosas micronovas”, concluye Scaringi.