El Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH, en sus siglas en francés), abierto este lunes en Ginebra, llega a su edición número 27 con una apuesta por modelos sencillos y refinados en un año en el que se abrirán por primera vez un día las puertas al público.
“Volvemos a la esencia, a los valores fundamentales. Pero es importante mostrar también dinamismo”, dijo un miembro de la dirección de la casa Parmigiani, Flavien Gigandet, a la agencia de noticias suiza ATS.
Esta tendencia ya se percibió en la edición del año pasado, recordó el directivo.
El sector espera que la presente edición sirva de “transición” para la industria relojera que ha registrado un descenso en sus exportaciones durante 17 meses consecutivos.
Por ello, la treintena de expositores -una mezcla entre las casas propiedad del grupo empresarial de artículos de lujo suizo Richemont y marcas independientes artesanas- mostrarán sus últimos relojes que marcarán los tiempos del sector durante 2017.
Como es tradición cada año, la apertura de la caseta de la marca Roger Dubuis dio comienzo al salón a las nueve de la mañana.
La marca ginebrina estrenó su recién colaboración con el fabricante de neumáticos italiano Pirelli con la presentación de dos relojes con una correa muy especial, realizada con el caucho de las llantas que ganaron el último premio de Fórmula 1 de Mónaco.