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Las primeras cuatro letras de la palabra lo dicen todo: “vita”, que en latín significa vida. Las vitaminas son micronutrientes vitales para el cuerpo. Su carencia trae enfermedades o una baja calidad de la salud. “Se necesitan para el correcto funcionamiento del metabolismo, para mejorar el sistema inmune y para que el cuerpo esté sano”, dice la nutricionista Natalia López Ucrós.
Están en pequeñas cantidades en la mayoría de alimentos (frutas, verduras y proteína animal) y un cuerpo sano las absorbe sin problema, explica ella. Sin embargo, según un análisis a profundidad que publicó el año pasado el Instituto Nacional de Salud (INS) sobre la Ensin 2015 (Encuesta Nacional de Situación Nutricional), “un porcentaje importante de colombianos tiene una inadecuada ingesta de nutrientes vitales”.
El informe encontró que un 25 % de los niños a nivel nacional tenía deficiencia de hierro, el 27 % no cumplía con los niveles óptimos de vitamina A y el 36 % presentó deficiencia de zinc. “El informe permite concluir que la malnutrición o la desnutrición oculta es considerada un riesgo presente en toda la población colombiana y su prevalencia es mayor en grupos indígenas, afrocolombianos y con factores como la pobreza y la ubicación geográfica en zonas rurales dispersas”, dijo el INS.
Esos “nutrientes vitales” se dividen en tres, según las Recomendaciones de Ingesta de Energía y Nutrientes (RIEN) del Ministerio de Salud: las vitaminas liposolubles (que se disuelven en grasa y son la A, la D, la E y la K), las hidrosolubles (que se disuelven en agua y son la Tiamina, Niacina, Riboflavina, Ácido pantoténico, Vitamina B6, Vitamina B12, Folato y Vitamina C). En tercer lugar están los minerales (Fósforo, Hierro, Zinc, Selenio, Cobre, Yodo, Fluoruro, Sodio y Potasio), que también son micronutrientes y también son vitales, pero son diferentes a las vitaminas.
Llevarlas en el mercado no debe ser una tarea complicada y los suplementos, dicen los nutricionistas consultados para esta nota, solo se deben consumir después de un análisis clínico y una dirección concreta del médico. Esto porque “un cuerpo sano es capaz de eliminar el exceso de una vitamina y retener aquellas que necesita. A veces la gente compra suplemento de una vitamina y pierde el dinero porque no la necesita”, indica Natalia López.
Por su parte, Luis Miguel Becerra, nutricionista pediátrico, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, explica que una forma de garantizarlas en la dieta es preparando platos abundantes en color, por las frutas y vegetales que tienen. “Si uno tiene muchos colores tendría mayor cantidad de nutrientes. Los vegetales y frutas verdes son altos en ácido fólico; los amarillos, en vitamina A; los rojos, en antioxidantes”. Y añade un consejo para la cocción: comer estos alimentos lo más frescos posibles. “Evitar temperaturas altas y prolongadas es una forma de guardar su valor nutricional”, dice.
Mire los recuadros para profundizar en la utilidad de cada vitamina en su cuerpo, ver qué alimentos tienen más y saber qué signos corporales aparecen cuando hay deficiencia de una. Las siguientes son recomendaciones de los nutricionistas consultados y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).