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En el marco de las estrategias para mejorar la calidad del aire del Valle de Aburrá, ayer se inició en Medellín un proyecto que hará mediciones de tipo nuclear, con registro de imágenes satelitales en tierra y en altura que brindarán información más avanzada sobre los factores contaminantes de la atmósfera, lo cual será de gran utilidad para el enfoque y las decisiones futuras sobre el tema.
Del proyecto, llamado Arcal -Acuerdo Regional para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe- hacen parte 15 países de América Latina apoyados por Naciones Unidas y el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica).
En Colombia la institución encargada de hacer las mediciones es el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, que ganó este derecho por ser pionero en el estudio del aire de Medellín ya que, aunque hace apenas tres años se puso en primer plano el asunto, ya acumula 24 años de experiencia en el tema.
Al proyecto se sumaron el Ministerio de Minas y Energía, Ecopetrol y el Área Metropolitana de Medellín y el Valle de Aburrá, Amva.
Los aerosoles son las partículas menores de 2.5 micras que llegan a los pulmones conocidas como carbono negro, que son las que producen cáncer en las personas producto de respirar aire contaminado.
Aunque se medirán las partículas PM2.5, la idea es focalizar los estudios en las fracciones de menor tamaño en sus composiciones física, química e isotópica (compuestos orgánicos, metales, metaloides, precursores de los sulfatos y el carbono negro) con técnicas analíticas nucleares de última generación especializadas en determinar contaminantes muy pequeños.
“Para poner un ejemplo, un cabello es un elemento de 50 micras, una partícula PM2.5 es 20 veces menor al espesor del cabello, y la de 1 micra es 50 veces menor que el cabello, son partículas solo visibles con microscopio”, por lo cual ingresan al organismo y son prácticamente imperceptibles, explica Miryam Gómez Marín, directora del grupo Ghygam Colciencias, conformado por los ingenieros y técnicos que realizarán la investigación.
Libardo Álvarez Lopera, rector del Politécnico, destacó el hecho de que su institución haya sido elegida por la ONU para un estudio de tanta trascendencia internacional y explicó las razones para ello.
“Acá nació en 1995 el equipo de investigaciones para la medición del aire, solo que siempre hubo negligencia y todos los gobiernos omitieron tomar medidas, y ahora estamos todos pagando el precio de esas omisiones”, dijo.
La ONU dotó los equipos nucleares, que se suman a los que ya tenía su institución. Ayer, a las 12:00 del mediodía, cuando en simultánea en los 15 países se pusieron a funcionar los aparatos, advirtió que no se sabe el monto de la donación, “porque ellos no entregaron dinero, solo equipos”.
Juan Carlos Valdés, ingeniero adscrito a la Facultad de Ingeniería del “Poli”, con doctorado en ingeniería y especialista en sistemas de información geográfica, quien hace parte del grupo investigador, señaló que lo nuevo del asunto serán las mediciones satelitales por tierra y sobre todo las de altura, en la atmósfera, que hasta ahora no se han hecho y arrojan resultados más certeros en las mediciones.
“Con los resultados, las autoridades van a tener mayores elementos para sus planes de ordenamiento territorial, sus políticas de movilidad y sobre todo para no tomar decisiones coyunturales sino de fondo sobre el problema del aire”, indicó el investigador .