La autoridad ambiental Cornare ordenó la suspensión de las operaciones de la empresa Antioquia Gold en la mina Guayabito, ubicada en el municipio de Santo Domingo, al determinar que cometió graves vertimientos que contaminaron las quebradas La Gallera y Guadua en jurisdicción del municipio del Norte de Antioquia.
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La sanción temporal que se impuso a la operación en la mina Guayabito se dio luego de que Cornare confirmara que la empresa cometió vertimientos de químicos y residuos mineros a dichas quebradas, por lo cual ordenó el cese de las actividades mineras que impliquen vertimientos, así como el uso de una zona de almacenamiento de combustibles y las descargas de aguas residuales a unos pozos de contingencia.
“Donde se confirman efectivamente afectaciones ambientales a las quebradas La Gallera y La Guadua, precisamente por deficiente operación de la planta de tratamiento y un derrame que se ocasionó a una de estas fuentes, si bien la empresa atiende, la Corporación en visitas de campo verifica la afectación”, explicó Érika Yuliet Alzate Amariles, jefe de la Oficina de Licencias y Permisos Ambientales de Cornare.
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Según Julián Villaruel, presidente de la compañía, los vertimientos por los que fueron sancionados se deben a un evento puntual que no son perjudiciales, pues, salvo la turbiedad que presentan, no tienen procesos químicos, sino que se deben a la rezaga que sale de la mina y que al entrar en contacto con el agua desprende partículas fijas. La empresa señaló que ya contrató a otra firma que se encargará de diseñar la estructura necesaria para evitar estos vertimientos.
No es la primera vez que la Antioquia Gold se ve envuelta en polémicas de este tipo. Justamente en marzo de este año la empresa anunció la reanudación de operaciones en la mina luego de llegar a un acuerdo con Cornare y la comunidad del corregimiento de Santiago con quienes se comprometió a disminuir la cantidad de sedimentos que reportan al drenaje local.
La empresa, como parte de sus obligaciones de compensación, se comprometió a pavimentar vías e instalar trampas para recoger mayor cantidad de sedimentos. Los conflictos entre la compañía y la comunidad de Santiago vienen desde hace varios años, si bien la empresa se ha mostrado dispuesta ante Cornare cada vez que ha sido requerida la comunidad en zona de influencia del proyecto señala que ha sufrido graves impactos por la actividad minera.
También los mineros artesanales han protestado por la actividad de esta empresa desde hace casi ocho años, al señalar presiones a lo pequeños mineros para renunciar a su actividad que realizaron en esta zona durante décadas y que quedó bajo dominio de la multinacional con socios peruanos y capital canadiense y colombiano.