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No es un SOS. Más bien es una cruzada para continuar avanzando en la protección de una despensa de agua, un tesoro natural que tiene el oriente de Antioquia: el páramo de Sonsón.
También es un festejo. El fin de la guerra entre el Estado y las Farc le devolvió sus moradores, protectores de esta reserva de 8.707 hectáreas que impregna de agua limpia los ríos Magdalena y Cauca.
Las autoridades —Cornare y el Municipio de Sonsón— han hecho lo suyo. Aprendieron a valorar la riqueza del territorio y propiciaron las condiciones para su conservación. Hoy el páramo está delimitado por el Ministerio de Ambiente, pero aguarda, con urgencia, una declaratoria de área protegida que lo libre de un eventual interés particular por buscar mineral en él.
El ministro de Ambiente y Desarrollo, Luis Gilberto Murillo, destacó que el lugar, además, está en proceso de conservación y en él se viene consolidando un proceso de pago por servicios ambientales, como en el resto del Oriente antioqueño.
“Este es un páramo de gran importancia para el país, pues revive al río Magdalena que viaja ya con muchos problemas de contaminación, pero también revive al Cauca”, señaló.
Murillo, a su vez, resaltó la labor de las familias que poco a poco han retornado al páramo, gracias al fin del conflicto y a las condiciones favorables de seguridad, para cuidarlo.
“Se han dedicado a conservar el páramo de Sonsón, muchas han llegado porque hay condiciones de paz. El país tiene que valorar estos esfuerzos y agradecemos al Oriente por mostrar el camino que se tiene que seguir en la protección ambiental”, añadió
Según reportó el instituto Von Humboldt, el páramo es el 2,02 % del área municipal y su densidad poblacional baja: 0,16. Del 0 al 9,85 % ha sido transformado, siendo la conservación del 46 al 100 %.
Para el alcalde de Sonsón, Obed de Jesús Zuluaga, en el páramo y otras zonas del suroriente de Antioquia, nacen afluentes que reviven los ríos Magdalena y Cauca, que pasan por el territorio con problemas de contaminación por los vertimientos de agua que se hacen en diferentes ciudades.
“El río Magdalena —antes de caerle el afluente La Miel, que lleva las aguas del páramo, y el Nare que lleva también las aguas del Oriente— es un río muerto. El páramo le da respiración y ahí empieza a palpitar el corazón del río, y revive”, enfatizó.
El alcalde Zuluaga hizo un llamado a todos los colombiano a proteger el páramo, donde nacen 11 ríos: “debemos de crear conciencia de la responsabilidad que tiene Bogotá en entregar aguas limpias con su río. Debe hacer un esfuerzo similar al que hace EPM con el río Medellín”.
Junto al ministro Murillo, Carlos Mario Zuluaga, director Cornare, autoridad ambiental del Oriente y parte del Magdalena Medio, recorrió la semana pasada el páramo de Sonsón y otras reservas de la región. Reportó el avance de BanCO2 en la región, programa por medio del cual, con apoyo de la empresa privada se le paga un salario a las familias que ocupan y protegen los territorios declarados reservas naturales.
Zuluaga anunció que se han identificado 16.000 nuevas hectáreas con comunidades rurales, certificadas por el Icontec, que van a entrar a hacer parte del esquema de BanC02 Plus para 130 familias.
“Son 85.000 toneladas de carbono equivalente dejadas de emitir a partir de la deforestación evitada, cerca 800 millones de pesos año con empresas que hoy van a hacer parte y van a comprar estos bonos”, concluyó.