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Los docentes de un programa de enseñanza musical para menores de edad, en el Urabá antioqueño, encontraron en diferentes elementos hechos de policloruro de vinilo (más conocido como PVC) una alternativa útil para crear instrumentos de viento, que les permiten a los estudiantes aprender desde casa.
Esta alternativa se la ingeniaron dos profesores del programa de formación orquestal de la Fundación Unibán y la Filarmónica de Medellín, quienes desarrollaron los prototipos y entregaron 18 instrumentos plásticos a niños y jóvenes en Urabá, después de un proceso de creación y ensayos de por lo menos un año.
EL COLOMBIANO conoció detalles de esta iniciativa artística, que ya está en manos de los estudiantes, así como el rumbo que se espera que tome el proyecto de formación musical, que se estima beneficia a aproximadamente 400 niños de Apartadó, Carepa, Chigorodó y Turbo.
Flor Ruiz, coordinadora regional del programa, aseguró que la creación de estos instrumentos “surgió a raíz de la necesidad que tuvimos el año pasado, en medio de la pandemia, ya que se evidenció que los estudiantes requerían de una solución provisional en casa para poder ensayar, en medio de la virtualidad”.
Así nació la iniciativa
Después de su creación en 2014, iniciando con unos 15 estudiantes, para el año 2020 —con una cifra de 400 alumnos— el programa de formación orquestal se enfrentó al mayor reto de su historia:enseñarle a los niños en medio de la pandemia de la covid-19.
Según la coordinadora del programa, en medio del confinamiento generado por la pandemia, hubo una desmotivación de los niños al no tener instrumentos en su hogar, ya que los utilizados para ensayar cada semana debían dejarlos en los colegios de cada municipio.
“Para evitar que los niños siguieran desmotivados, empezamos a buscar estrategias y a investigar en Internet; encontramos que había diversos ejemplos de instrumentos creados con plástico, pero lo valioso en nuestro ejercicio fue el desarrollo de prototipos propios a partir de pruebas y ensayos”, explicó Ruiz.
Tras encontrar referentes (ver Paréntesis), se logró desarrollar prototipos de trompeta, trombón y corno, que surgieron como una solución provisional para los niños ya que, según Ruiz, tan solo el 10 % del total de los estudiantes cuenta con un instrumento propio, mientras que el otro 90 % practica con los instrumentos facilitados por la Fundación Unibán.
Daniel Richardson, flautista y profesor del programa, planteó que tras la investigación sobre la construcción y la forma de los instrumentos, se logró un resultado satisfactorio y funcional para el aprendizaje de los estudiantes.
“Llegamos a una solución utilizando boquillas impresas en 3D en material plástico y utilizando el material de ferretería: tubería de conexión eléctrica plástica, un embudo y amarres, elementos sencillos para poder darle una opción a los estudiantes de construir su propio instrumento”, señaló el docente.
Según el docente, la trompeta y el trombón fueron diseñados con tubos, amarres, boquilla y un embudo para amplificar el sonido, mientras que el corno fue hecho con cuatro metros de manguera de jardín enrollada más la boquilla y el embudo; diseños con los que se buscó imitar las funciones y utilidades de los instrumentos originales.
Funcionalidad y utilidad
Ambos voceros explicaron que los instrumentos creados (ver Galería) no solo son funcionales en cuanto al sonido, sino también útiles para la enseñanza, ya que con la instrucción adecuada se logra que el estudiante tenga una práctica correcta de la entonación y afinación.
“No es que sea el mismo efecto porque la fineza del metal pulido le da una fluidez de aire al instrumento totalmente diferente, pero con los instrumentos que creamos se genera el sonido adecuado y se puede entonar la afinación, eso lo comprobamos en los ensayos y así fue como se demostró que cumplen con su principal función como herramienta para aprender”, apuntó Ruiz.
A pesar de la funcionalidad, la coordinadora regional del programa señaló que los instrumentos plásticos también tienen limitantes.
En ese sentido, explicó que la trompeta original tiene unos pistones que permiten cambiar de altura en las notas, y la trompeta plástica diseñada no cuenta con ellos, ya que es una ciencia más avanzada. “Ella hace saltos de flexibilidad armónica en la misma tonalidad y puede hacer hasta cinco notas, pero no puede hacer el rango completo de la trompeta”, explicó.
En el caso del corno se diseñó una manguera extraíble con la que se puede dar otro rango armónico, mientras que el trombón, resaltó Ruiz, es el mejor elaborado, al tener un movimiento que le da la amplitud del largo de la tonalidad, con las posiciones iguales a las del instrumento original.
“A pesar de esto, cuando le ponemos el instrumento real a los niños que han estado practicando con los de plástico, evidenciamos una facilidad para tocar. Estos elementos son facilitadores y logran un sonido limpio, que permite el aprendizaje”, apuntó Ruiz.
Sobre el aspecto educativo, la profesora y musicóloga de la Universidad Nacional Experimental de las Artes de Venezuela, Ana Vilera Díaz, agregó que este tipo de proyectos de aprendizaje musical le aportan a los niños “en el desarrollo de la parte locomotora del cerebro y les ayuda en el control de sus emociones. Además, ayudan a coordinar la respiración, lo que logra que se relajen y aprendan a controlar sus emociones”, expuso.
Solución provisional
De acuerdo a lo explicado por los creadores de estos instrumentos plásticos, estas son alternativas provisionales ya que se espera que cada niño pueda tener un instrumento real con el que pueda aprender desde casa, sin necesidad de depender de los cerca de 25 instrumentos que hay en cada municipio.
“Las poblaciones tienen instrumentos que le pertenecen al programa de formación orquestal, pero los niños no se los pueden llevar a la casa porque no hay un acuerdo de comodato o préstamo para hacerlo”, aclaró Ruiz.
Ante ese panorama, entre mayo y junio se entregaron 18 instrumentos plásticos (seis trompetas, seis trombones y seis cornos) y se espera que el próximo año se produzcan más, en la medida que más estudiantes avancen de la etapa de preorquesta o iniciación (donde está el 50 % de los niños) y decidan que tocarán estos instrumentos de viento.
Este medio consultó al Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia para entender la dotación de instrumentos en la subregión y el eventual aporte para el proyecto, pero al cierre de esta edición no recibió respuesta.
Por otra parte, desde la Filarmónica de Medellín esperan poder conseguir instrumentos suficientes para prestar en condición de comodato a los menores de edad en Urabá que no cuentan con uno