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En La Angelina, Buriticá, el paso por la garrucha ya es cosa del pasado

  • El nuevo puente, que se construyó sobre la quebrada Juan García, sustituirá esta garrucha artesanal que fue construida por los habitantes entre 2012 y 2013. Foto: Esteban Vanegas Londoño
    El nuevo puente, que se construyó sobre la quebrada Juan García, sustituirá esta garrucha artesanal que fue construida por los habitantes entre 2012 y 2013. Foto: Esteban Vanegas Londoño
10 de noviembre de 2020
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El pasado 30 de agosto, EL COLOMBIANO publicó una nota titulada “El pueblo que vive de una garrucha”. En ella relataba la historia del corregimiento La Angelina, en Buriticá, cuyos habitantes utilizaban una garrucha artesanal como medio de transporte desde hace más de ocho años, poniendo en riesgo sus vidas, hasta este martes que fue reemplazada por un puente.

La garrucha, aunque ingeniosa porque fue construida por un habitante de la comunidad, representaba varios peligros al funcionar con un sistema de poleas y cuerdas improvisadas que no contaban con los requisitos técnicos, tal como lo describió aquella historia. Por ese motivo el Dapard decidió construir un puente que cumpliera el mismo objetivo pero sin poner en riesgo la vida de los habitantes.

Además: Puentes que unen las veredas aisladas

El nuevo puente, que se construyó sobre la quebrada Juan García, se ejecutó gracias a Caminos para la Vida, un programa del Dapard en convenio con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Fundación Puentes de la Esperanza y las alcaldías de Buriticá y Liborina.

Según el Dapard, con la construcción de esta estructura se benefician alrededor de 120 familias que tendrán la oportunidad de cruzar la quebrada sin ningún peligro y fortalecer su economía.

“Según el censo oficial, en el corregimiento hay 70 casas, 49 motos, 210 habitantes, una tienda, un colegio y una cancha. Nada más. Ni cementerio, ni iglesia, ni vías, ni alcantarillado, ni centro de salud”, dijo la nota publicada en este diario.

Por su parte, el alcalde de Buriticá, Luis Hernando Graciano, agradeció la entrega de esta estructura y manifestó “un sentido de felicidad y alegría de ver un sueño cumplido. Toda esta comunidad anhelaba este puente que es una solución para mitigar el riesgo y reducirlo”.

El puente, al igual que la antigua garrucha, fue construido con la ayuda de la comunidad del corregimiento, “quien apoyó con su mano de obra y su tiempo para que esto fuera posible”, dijo el director operativo del Dapard, Diego Peña López.

Hace una década, cuando la garrucha no existía, los habitantes tenían que cruzar esa quebrada caminando para llegar a Liborina, el pueblo más cercano. Pero si llovía o se hacía de noche, tenían que caminar durante casi dos horas por una montaña. Usted puede leer la historia de cómo se construyo y cómo le cambió la vida a los habitantes de La Angelina en el siguiente enlace: El pueblo que vive de una garrucha.

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