Alrededor de 3.000 estudiantes de los municipios de Amalfi y Anorí, en el Nordeste antioqueño, no están yendo al colegio y están estudiando, como pueden, desde sus casas.
El panorama de orden público, exacerbado por hechos terroristas recientes, ha forzado a las autoridades educativas a tomar medidas para proteger la vida de los niños, niñas y jóvenes.
Entérese: Decretan toque de queda en Anorí tras emboscada que dejó un suboficial muerto
El secretario de Educación departamental, Mauricio Alviar, aseguró que, aunque las clases presenciales completas están suspendidas, los procesos de enseñanza continúan.
Los estudiantes adelantan actividades académicas desde sus hogares, utilizando talleres, guías y ejercicios supervisados por sus docentes. No obstante, si la situación de seguridad lo permite, algunos grupos pueden asistir a las escuelas por periodos limitados, uno o dos días.
La decisión de suspender las clases presenciales se toma ante los riesgos de orden público, combates, desplazamientos y confinamientos. En Anorí, más de 1.500 estudiantes no van a la escuela por temor a los ataques de las disidencias.
La falta de clases presenciales en estos miles de hogares tiene consecuencias graves que van más allá de lo académico. Significa que los niños dejan de estar en entornos seguros y afecta la correcta atención del programa de alimentación escolar, el cual es, para miles de estudiantes, la única fuente de alimentación nutritiva diaria.
El alcalde de Anorí, Gustavo Alfredo Silva, señaló previamente que, si bien estas medidas no son del agrado de nadie, se tienen que implementar por los acontecimientos ocurridos en la zona, buscando proteger la vida de los menores.
La arremetida terrorista del Frente 36
La tensión se disparó tras la difusión de un panfleto amenazante atribuido al Frente 36, que advertía que no se permitiría el ingreso de “personas extrañas” a los municipios de Campamento, Guadalupe, Angostura, Amalfi y Anorí.
El grupo armado ilegal advirtió que cualquier persona ajena a estas comunidades que sea encontrada será detenida y declarada objetivo militar si no hay alguien que responda por ella.
El pasado 30 de septiembre, las disidencias de las Farc realizaron una emboscada en la vereda Las Lomitas, muy cerca del casco urbano de Anorí. El ataque, perpetrado con un artefacto explosivo improvisado y ráfagas de fusil, dejó asesinado al subteniente Brayan David Bello Serrano y tres soldados profesionales heridos.
La ambulancia que atendía a los heridos también quedó en medio del fuego cruzado, lo que se considera una grave violación al Derecho Humanitario.
Días antes, el 20 de septiembre, dos sujetos, identificados como Jhan Carlos Cárdenas Hincapié y Duvier Aníbal Gómez Hernández, fueron capturados y enviados a prisión por intentar atentar contra la Estación de Policía de Amalfi.
Dejaron abandonada una caja con un artefacto explosivo improvisado (una olla a presión con metralla y 10 kg de nitrato de amonio) que fue detonado de manera controlada. Las autoridades señalaron a estos hombres de pertenecer al Frente 36.
Autoridades en alerta y toque de queda
Ante la escalada de violencia, las autoridades locales han reforzado las medidas de seguridad.
En Anorí, la Alcaldía decretó un toque de queda nocturno desde las 9:00 p.m. hasta las 4:30 a.m. hasta el 7 de octubre. Además, se prohibió el parrillero en horario nocturno y el transporte de escombros y cilindros de gas en el mismo horario.
En Amalfi, la Alcaldía también impuso un toque de queda nocturno que se ha extendido con el paso de las semanas, de 10:00 p.m. a 5:00 a.m. También se prohibió el transporte de parrillero en motocicletas entre las 6:00 p.m. y las 6:00 a.m., y se restringió el parqueo en puntos estratégicos como la Estación de Policía y la Alcaldía.
La Gobernación de Antioquia ha respondido con un ofrecimiento de recompensa de hasta $20 millones por información que permita ubicar y capturar a los integrantes del Frente 36.
El secretario de Seguridad de Antioquia, Luis Martínez, ha calificado la situación como una afectación que requiere un mayor compromiso del Estado y ha clamado por una operación militar de mayor envergadura y sostenida —similar a las desplegadas en el Cauca— para pacificar estas subregiones.
Las autoridades de seguridad y de gobierno continúan monitoreando diariamente la situación con el secretario Alviar para definir el retorno total a la presencialidad tan pronto sea posible.
Además: Las familias antioqueñas se están encogiendo: mujeres ya no tienen ni un hijo en promedio