Una carrera contrarreloj viven la comunidad de Valparaíso y sus autoridades en el propósito de habilitar una vía veredal que permita el ingreso de carga, antes que se agudice una situación de desabastecimiento de víveres y combustibles, tras una semana de bloqueo por la destrucción de un tramo de la carretera principal.
La falla geológica de más de ocho kilómetros que generó la emergencia ha cedido en su avance, pero las consecuencias se acentúan en 21 familias damnificadas, en 19 unidades productivas, el comercio, el transporte y los habitantes de este municipio y de Caramanta.
Retroexcavadoras, volquetas, una motoniveladora y un vibrocompactador de la Gobernación de Antioquia avanzaron hoy en la conformación de una vía alterna por la finca ganadera La Ley, entre Pacífico 3 (sector Pipintá) y la cabecera de Valparaíso, en una longitud de ocho kilómetros, en respuesta al compromiso asumido por el gobernador Aníbal Gaviria con esta obra.
“La lucha es para evitar la escasez de víveres. Esta es la alternativa más viable para recuperar el ingreso de carga, esperamos habilitarla de hoy a mañana”, dijo el alcalde Jaime Rincón Galvis, quien admitió que el gas domiciliario está a punto de agotarse.
Ya desde la semana pasada se acabó el combustible y la falta de víveres en tiendas y supermercados es notorio.
Esa preocupación la comparte el comerciante y exalcalde Sergio Ceballos, quien comentó que “desde el pasado miércoles no llegan provisiones”. Proveedores como Nutresa, Surtiventas, Friko, Amazonas, Supercerdo, Luker, Dislicores y Colanta -dijo- no surten desde el lunes 8 de agosto. “No hay leche, quesos y algunos granos”, dijo.
Con el comercio de víveres también sufren efectos el sector de restaurantes, cafés y bares. Según Antonio Obando, administrador de Tejiendo Café, en el puente festivo hubo menos clientes que en un día de semana. José Mario Ángel, propietario de Café Mula, retrató la soledad con un bajón en las ventas del 60 por ciento.
Efectos en los cultivos
Pero las pérdidas económicas son más cuantiosas en las fincas productivas y en las viviendas próximas al sector de Sabaletas, donde se presentó el movimiento en masa. “Da tristeza quedar sin nada de la noche a la mañana, es algo que se consiguió con mucho esfuerzo”, se lamentó una mujer joven que perdió su casa.
Ella forma parte de las 21 familias que tuvieron que ser reubicadas, algunas en albergue temporal y otro grupo en casas en arriendo. A todos se les ofrece alimentación y se adelanta acompañamiento sicológico. “Hacemos actividades lúdicas con los niños, algunos adultos están afectados por depresión”, dijo Antonio Obando, vocero de los damnificados.
Algunas plantaciones sufrieron grietas inmensas en los cultivos y vías de acceso que las hacen imposibles de recorrer incluso a caballo. Por los daños de la falla geológica este martes uno de los productores notificó que tenía que destruir las bodegas de almacenamiento de cítricos. “En una sola finca las pérdidas son de más de 1.200 millones”, anotó el alcalde.
Uno de los reclamos más urgentes es la disposición de recursos por casi 500 millones de pesos para reconstruir la bocatoma del acueducto municipal y la red de aducción, que se averiaron por la falla geológica. “Nos estamos surtiendo con una fuente muy pequeña. En un verano corto podría haber racionamiento”, dijo Rincón.
El gobernador Aníbal Gaviria garantizó ayuda con el Dagran y en una visión más optimista, planteó que se debe convertir esta emergencia en oportunidades, pues se van a renovar al menos tres vías rurales que formarán circuitos y darán competitividad a cuatro municipios. “Tenemos que sublimar la situación en una oportunidad para crecer”.
Así la interpretó el comerciante José Mario Ángel, quien invitó a los turistas a retornar cuando se habiliten las vías alternas. “No nos vamos a quedar en la catástrofe. La comunidad ha superado otras pruebas como un terremoto”, puntualizó el alcalde.
Un viaje de diez horas
El viaje en flota a Medellín por Caramanta y Supía se tornó inviable. El lunes un bus despachado a las 10:00 de la mañana llegó a destino a las 8:00 de la noche. Es decir un viaje de diez horas, cuando el normal es de tres.
Para dar salida a los habitantes de los dos municipios se habilita otra vía alterna por la comuna de la Virgen, que permitirá el tránsito de motos, vehículos particulares y de carga mediana.
El paso siguiente es la recuperación de la vía terciaria Valparaíso-San Pablo-Támesis, más no resiste tráfico pesado por la debilidad de sus puentes.