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Gaula logró el rescate de dos mujeres en Medellín
Una de las plagiadas era Claudia Restrepo, hermana de Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del Gobierno con el Eln.
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En el medio las dos mujeres rescatadas Silvia Hatfield (camisa negra) y Claudia Restrepo. FOTO Olga Rendón
19 de octubre de 2017
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“Un saludo lleno de alegría, de agradecimiento y admiración por nuestra Policía Nacional”, así inició Claudia Restrepo, hermana de Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del Gobierno en los diálogos con el Eln, el relato de las horas de horror que vivió mientras estuvo secuestrada junto a su amiga brasilera Silvia Helena Hatfield Tavora.
Según contó, ella llegó en la noche del pasado martes a la finca de sus amigos, cerca de su vivienda, en la vereda La Palma, de Guarne –oriente antioqueño–, cuando vio que hombres armados les estaban robando. Los delincuentes se llevaron los objetos de valor y secuestraron a las dos mujeres.
“Ellos se querían llevar al hijo de Silvia, pero Silvia les dijo que mejor se la llevaran a ella, yo dije que también me llevaran a mí, porque nos podía dejarla ir sola”, continuó.
Hacia la media noche los hombres dejaron a Claudia Restrepo tirada a medio camino y siguieron con la brasilera hacia Rionegro.
La recién liberada inmediatamente acudió a la Policía por consejo de su hermano, quienes iniciaron la búsqueda urgente. “Juan Camilo me dijo: ‘primero que todo, nada de seguirle las instrucciones al hampón, solo lo que diga el Gaula al pie de la letra’”.
El general Óscar Antonio Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana, explicó que una vez tuvieron conocimiento de los hechos la Policía Antioquia, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y el Gaula tuvieron el primer acercamiento con Restrepo y los familiares de Hatfield para generar confianza. Después se generó todo un dispositivo policial en La Palma y en Rionegro, “esto hace que tomen la decisión de dejar en libertad a Silvia, después de tener la presión de la Policía”, lo que ocurrió hacia el mediodía de ayer en el corregimiento de Santa Elena, en Medellín.
Los delincuentes estaban exigiendo, de acuerdo con el general, 50 millones de pesos. “Inicialmente los hombres llegaron allí a hurtar a la residencia, pero en la medida que no encontraban elementos de valor querían el dinero que la familia tiene en sus cuentas”.
Las autoridades no han logrado establecer a que estructura criminal pertenecen los secuestradores, aunque el hecho es atribuible “por las características y al modus operandi a la delincuencia común”, concluyó el general Gómez.
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