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Goteras y falta de plata arrinconan a la Casa de la Memoria

Los baños padecen filtraciones de agua. La Alcaldía recortó en 12% el presupuesto en este cuatrienio.

  • Aunque el arreglo del aire acondicionado permitió la reapertura de las salas, ahora los baños padecen por las goteras, daños en los techos y falta de mantenimiento. FOTOS el colombiano
    Aunque el arreglo del aire acondicionado permitió la reapertura de las salas, ahora los baños padecen por las goteras, daños en los techos y falta de mantenimiento. FOTOS el colombiano
  • Así lucen los techos de los baños por las filtraciones de agua. FOTO: EL COLOMBIANO
    Así lucen los techos de los baños por las filtraciones de agua. FOTO: EL COLOMBIANO
  • Algunos baños no están habilitados. FOTO: EL COLOMBIANO
    Algunos baños no están habilitados. FOTO: EL COLOMBIANO
10 de noviembre de 2022
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En el Museo Casa de la Memoria no escampa. Aunque el daño en el sistema de aire acondicionado que puso en riesgo archivos de derechos humanos y del conflicto armado ya fue remediado, ahora los baños del lugar afrontan el trago amargo. En medio de la salida de Jairo Herrán Vargas, director de la entidad hasta el martes, las filtraciones de agua se comen los techos de drywall y los baldes no logran hacerle frente a las goteras. En el medio hay una realidad: el museo luce descuidado, pese a que la Alcaldía esgrime lo contrario.

La escena es deprimente, tanto en el baño de los hombres como en el de las mujeres el cielo raso parece rasgado, hecho pedazos, por causa de las filtraciones de agua. Las lámparas LED alumbran desprendidas del techo como si estuvieran a punto de caerse, haciéndole el quite a las goteras. Estas caen, por su parte, con la misma frecuencia: se resisten a los baldes dispuestos por el personal de aseo y terminan formando charcos en el suelo.

“Esto ya parece un garaje”, dice la integrante de un grupo de mujeres desplazadas que allí se dan cita mensualmente, “y no el Museo Casa de la Memoria”. Y aunque el exdirector Herrán sostuvo hasta la semana pasada que la situación no había afectado la prestación del servicio a los visitantes, lo cierto es que algunos baños han sido inhabilitados mediante cintas amarillas que, además de alertar sobre el peligro, impiden el ingreso.

El testimonio compartido por la mujer reseña lo que ocurre: “Vea, uno no se puede sentar porque le cae la gotera de agua en la cabeza, y otros baños están sellados por cuenta de esos huecos en el techo. Todo el año han estado así y tanto visitante que tenemos; vea usted eso: puro extranjero. También hay humedades. Ojalá los arreglen rápido”, dice.

Importancia del museo

La preocupación por lo que ocurre en el museo no solo tiene que ver con la impresión que se llevan los visitantes nacionales o extranjeros respecto a la infraestructura, sino con el propósito para el cual fue levantado: construir memoria de la mano de las víctimas. De hecho, fue Marta Inés Villa, exdirectora de la Comisión de la Verdad en Antioquia, quien puso el dedo en la llaga hace unos días.

Luego de publicar una fotografía en la que se observa el deterioro del baño de las mujeres, expresó: “Da mucha tristeza ir al Museo Casa de la Memoria y encontrarse con esta imagen. Se desmorona a pedacitos. Esto no es coherente con la importancia que se dice tiene, para esta administración, la apuesta por las víctimas, la paz y la reconciliación”.

Así lucen los techos de los baños por las filtraciones de agua. FOTO: EL COLOMBIANO
Así lucen los techos de los baños por las filtraciones de agua. FOTO: EL COLOMBIANO

La situación llevó a que Villa volviera sobre el origen de este espacio —insignia en la región por su acompañamiento a las víctimas— e hiciera énfasis en los logros y parches de las administraciones que han tenido que mantenerlo a flote. En la actual, sostuvo, ha venido en declive. “Al mismo tiempo que se creó la Secretaría de Paz y No Violencia, se le quitaron a este espacio recursos, visibilidad y protagonismo en la agenda pública”, afirmó.

Para la exdirectora de la Comisión en Antioquia, la destrucción de la planta física del museo refleja el “menosprecio” por un proyecto que la ciudad se ha pensado durante años. El extitular del museo, sin embargo, alegaba lo contrario. Para Herrán, lo que ocurre con los baños es algo que se reduce a quehaceres de mantenimiento, que no ponen en riesgo los procesos que allí tienen lugar.

“Una gotera en el baño de los hombres fue la que causó el daño en el techo. Eso se ve muy grandilocuente, pero realmente es algo muy sencillo en términos de obras civiles. Igual el baño de las mujeres tiene dos goteras que han dañado los techos”, le respondió a EL COLOMBIANO. Aunque reconoció que las afectaciones vienen desde hace meses, aclaró que ya están listos los recursos para adelantar la intervención.

“Ya está contratado el tema, lo que pasa es que era un proceso a través de subasta inversa. Incluso el arreglo va a ir más allá: cambiaremos algunas estructuras de los baños. Tenemos $400 millones para hacer el mantenimiento, con eso es suficiente para este año. Es que no es un daño en el sistema hídrico o las instalaciones del baño, solo han sido goteras”, expresó.

No solo son los baños

Las goteras son las que generan ruido por estos días, pero a mitad de año fueron visibles las grietas en que ha resultado la falta de inversión por parte de esta Alcaldía en la entidad: el sistema de aire acondicionado flaqueó en julio pasado, causando el cierre de buena parte de las instalaciones. Entonces, el museo se vio a “gatas” para conseguir $230 millones, que era lo que costaba el mantenimiento.

“El sistema de aire ya está funcionando perfectamente. Teníamos restricciones por obras, pero ya todo está en orden. El Municipio aportó los recursos, a través de la Secretaría de Hacienda, y con eso se pagó el arreglo completo del sistema de aire”, aclaró Herrán. Pero esto no termina de convencer a personajes como Villa o John Fernando Mesa, líder de la organización Red de Paz en el departamento.

Algunos baños no están habilitados. FOTO: EL COLOMBIANO
Algunos baños no están habilitados. FOTO: EL COLOMBIANO

Si bien el segundo reconoce que durante esta administración las víctimas y colectivos comunitarios volvieron al museo, proceso que se rompió durante el gobierno de Federico Gutiérrez, dice que “no hay que negar las fallas en la estructura, ni el incumplimiento en la construcción de la segunda etapa por parte de los últimos tres alcaldes”.

Reconoce, eso sí, que el trabajo que se viene adelantando con la Unidad de Búsqueda, la Justicia Especial para la Paz y hasta hace poco con la Comisión de la Verdad requiere más inversión, contrario al beneplácito que demostró Herrán respecto a las partidas presupuestales asignadas por el Distrito hasta 2023. La destinación para este cuatrienio es de $15.397 millones, lo que representa una baja del 12% respecto al presupuesto 2016-2019, que ya era insuficiente para operar.

Este año está funcionando con $5.239 millones, el segundo peor presupuesto en su historia, solo superado por los $5.049 millones de 2019. Pese a ello, Herrán insistió hasta antes de dejar el cargo: “los recortes han afectado a todas las entidades del Distrito, por priorizaciones, pero no es que nos hayan recortado: lo que pasó es que creció muy poco respecto a 2021”. Entretanto, y pese a la calma del exdirector, en el museo no escampa.

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