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Solo cinco familias permanecen aún en el Parque Lleras, un espacio que por décadas fue su hogar y que hoy comparten con otro tipo de habitantes.
Cuando el sol se esconde, más de cien locales comerciales prenden la música y aproximadamente 130.000 personas comienzan a llegar. Turistas y locales caminan de un lado a otro, compran artesanías, comen en restaurantes y, algunos, se quedan hasta las cuatro de la mañana al ritmo de la salsa, la electrónica o el reggaetón.
A pesar de esto, Gabriel Isaza, Libia, Jaime Valderrama y su esposa Tulia permanecen allí, porque sus casas de portones, patios centrales y solares, esconden recuerdos y siguen siendo ese lugar al que llegan sus sobrinos, hijos y nietos.
Amparo Gaviria se considera desplazada del sector. Ella, con el líder barrial Gabriel Congote y otros residentes, luchó por combatir el ruido y encontrar un punto medio en el que comerciantes y residentes pudieran coexistir. Pero fue una de las que no aguantó.
Inicialmente se construyeron 45 casas hechas de ladrillo, tapia, bahareque y caña brava, que valían entre 5.000 y 8.000 pesos.
El Parque Lleras está ubicado en el Barrio El Poblado, entre las carreras 37 y 39 y las calles 9 y 9a, explicó Luis Guillermo Orjuela , director de la Corporación Zona Rosa, encargada de proteger este lugar en el que confluyen residentes, comerciantes y visitantes.
Donde actualmente es la Vía Primavera, en la carrera 37, vivía el pediatra Samuel Arango, quien llegaba a las casas en las que una mujer iba a dar a luz. Así, Samuel fue quien en 1949 recibió a Amparo. Esta mujer de 68 años recuerda cuando se metía a jugar en la quebrada La Presidenta, o cuando a sus cinco años, se reunía con los vecinos en el Parque para salir juntos al colegio. Al salir de estudiar volvían al parque, daban vueltas a la pileta, que actualmente está sin agua, hasta que alguno de los niños cayera adentro.
En ese entonces, el parque se convertía por temporadas en escenario deportivo y en pasarela. Una vez al año, habitantes de barrios cercanos se inscribían en las Olimpiadas del Lleras. Trotadores, patinadores y ciclistas competían alrededor del parque. Luis Fernando Molina, quien vivió en la zona y hoy trabaja en el sector, contó que para la clausura, se hacía un desfile, en el que las reinas tenían que haber participado de las olimpiadas.
Pasó el tiempo. Con los años ya no solo estaba la tienda de Augusto, la de Saúl, la tienda El Social y la Farmacia La Perla, que aún permanece.
Mimos, Pastelitos, Lebón, Orleans y otros lugares más abrieron sus puertas, dando vida a un nuevo Parque Lleras.
Actualmente, desde la Alcaldía se está realizando el programa Convive la Noche que busca propiciar ambientes de seguridad, respeto y convivencia para residentes, comerciantes y ciudadanos.
Se han realizado mediciones de ruido para concientizar a los habitantes de la importancia de la regulación .