Conmocionada está la comunidad del municipio de Sonsón, en el Oriente antioqueño, por el homicidio de un joven de 20 años, quien fue atacado con armas blancas por dos menores de edad.
Según el secretario de Gobierno (e) de Sonsón, Juan Camilo Henao, la víctima “era un joven sano, estudioso y que además trabajaba en el desminado”. Las autoridades lo identificaron como Alejandro Bedoya Henao y precisaron que recientemente terminó de prestar servicio militar.
Según Henao, las primeras hipótesis apuntan a que se trató de un intento de atraco, versión que es confirmada por Andrés Felipe Loaiza Quintero, quien estaba con la víctima al momento del ataque. “Mi compañero falleció salvándome la vida. Quienes nos agredieron estaban en estado de embriaguez y bajo efecto de sustancias alucinógenas”, le contó Isaza al portal Inforiente.
Los dos agresores, ambos de 17 años de edad, fueron identificados con los alias de Gallego e Isaza y capturados en flagrancia. La audiencia de legalización de captura se realizó en la tarde del viernes en el municipio, en medio de protestas de los ciudadanos que exigían más seguridad y penas altas para los detenidos.
“La situación de seguridad estuvo complicada. A los capturados los tuvimos que evacuar por una ruta alterna para que la gente no los linchara. En este momento están en Rionegro”, confirmó el secretario de Gobierno de Sonsón.
Las autoridades de ese municipio adelantan este sábado un consejo de seguridad para tomar medidas que permitan controlar el tráfico de drogas y los atracos. “Estamos estudiando declarar el toque de queda para menores de edad. Este es el hecho más grave que se ha visto en el municipio en lo corrido del año y el alcalde está muy precoupado”, agregó el funcionario.
Versiones encontradas
El comandante de la Policía Antioquia, coronel Wilson Pardo, aseguró que la víctima recibió varias lesiones con arma blanca y falleció en el hospital. “Alias Gallego y alias Isaza al parecer habían tenido problemas con el occiso, Alejandro Bedoya”.
Esa información es desmentida por Andrés Felipe Loaiza, quien presenció el crimen. “Él no murió en el hospital, murió en mis manos (...) ni él ni yo teníamos con problemas con quienes nos agredieron”, sentenció el joven.