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Crisis en Necoclí: 11.000 personas represadas y el hospital al borde del colapso

El centro de salud pasó de atender 40 a 100 personas diarias. Con las urgencias colapsadas, el temor ahora es un brote covid.

  • En las playas de Necoclí, según el personero del municipio, hay 2.000 personas acampando. Cocinan con agua que no es potable y se guarecen para soportar la lluvia. FOTO camilo suárez
    En las playas de Necoclí, según el personero del municipio, hay 2.000 personas acampando. Cocinan con agua que no es potable y se guarecen para soportar la lluvia. FOTO camilo suárez
10 de septiembre de 2021
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La población flotante de migrantes en Necoclí, como un resorte, se estira y se contrae cada semana. A comienzos de esta, eran 14.000 los viajeros que, imposibilitados de pasar a Panamá, esperaban la oportunidad de seguir el rumbo hacia Estados Unidos, su destino final. El cálculo es que ayer, apenas unos días después, eran 11.000. Sea como fuere, el pueblo siente el paso de esas personas: el agua escasea, las playas están ocupadas y, el hospital municipal, al borde del colapso.

La situación del San Sebastián de Urabá es crítica. Neider Pupo, gerente de la institución, pone en relieve lo que pasa: antes de la crisis migratoria atendían a 40 personas cada día; hoy llegan, además, entre 50 y 60 migrantes en el mismo lapso. Es decir, más los locales, están atendiendo a 100 personas en un día.

“Tenemos un personal agotado por el aumento de carga laboral. Casi todos vienen por consulta externa, pero quieren que los atendamos por urgencias. El problema es que nuestras urgencias son pequeñas y se nos congestionan. Si no se toman medidas, podremos colapsar”, dijo Pupo.

La mayoría de los migrantes llegan por problemas gastrointestinales. Wilfredo Manco, personero de Necoclí, advirtió que hay cerca de 2.000 personas acampando en las playas, guareciéndose de la lluvia bajo carpas y tomando agua que no es potable.

En los últimos tres días han caído aguaceros fuertes, lo que ha empeorado las condiciones de los viajeros. “Algunos ajustan 20 o 30 días acá. Las lluvias les han provocado problemas respiratorios y tampoco consumen alimentos adecuados, pues cocinan en la playa”, precisó Manco.

La cantidad de personas acampando en las playas ha aumentado en las últimas semanas. Según el personero, se debe a que muchos se quedaron sin plata para seguir costeando el hospedaje.

El otro asunto que preocupa a las autoridades es el de los contagios de covid. Según la Alcaldía, por el pueblo han pasado 45.000 migrantes en lo que va del año, 70 % de ellos de nacionalidad haitiana. Pese a la cantidad de personas, no ha habido brotes masivos de covid. O, al menos, no han sido detectados.

Kiara Berrío, secretaria de Salud del pueblo, contó que en lo que va de 2021 han muerto seis migrantes por covid. Cuatro de ellos fallecieron en el hospital del pueblo, mientras dos más lo hicieron en Montería, a donde habían sido trasladados. “Hemos instalado un PMU para hacer pruebas masivas, entregar tapabocas y evitar un brote. No obstante eso, no ha sido fácil”, dice la funcionaria.

Y no ha sido sencillo porque la población migrante no accede fácilmente a hacerse pruebas covid. Berrío contó que hicieron una campaña masiva para tomar 1.000 pruebas. Pero, cuando intentaron hacerlas, se encontraron con la renuencia de los visitantes. Del millar que querían tomar, apenas alcanzaron a hacer 248. De ellas, solo 48 fueron a los viajeros.

Para la secretaria, la renuencia es entendible. Si los viajeros salen positivos, se exponen a una cuarentena que puede retrasar su periplo: “Además, es una población que no utiliza el tapabocas. Nosotros les entregamos y ellos los reciben, pero después no se los ponen. También les hemos dado preservativos y les ofrecemos charlas sobre enfermedades de transmisión sexual”.

El motivo del nuevo represamiento, confirmó el alcalde Jorge Tobón Castro, se debe a que Panamá restringió su entrada. Ahora solo están dejando atravesar la frontera a 500 personas cada día, quedando los viajeros represados en el lado colombiano.

La migración tiene dos caras en cuanto al comercio. Por un lado, ha reactivado la economía del pueblo.

Almacenes y tiendas han tenido su “agosto”.

El turismo, en cambio, está de alas caídas. “Ya nadie quiere venir. Los turistas prefieren irse a Turbo o Arboletes. Los migrantes no son malos, nos los estigmaticen. El pueblo está seguro y la Playa del Turista, donde están los hoteles, no tienen problema alguno”, dijo Alejandro Jaramillo, propietario del hotel Casa de Pioneros.

6
migrantes han muerto por covid este año. A dos los habían remitido a Montería.
11.000
migrantes hay en Necoclí en este momento, según las últimas estimaciones.

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