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Se cumplen dos años del ingreso de Envigado al Área: ¿ha servido?
Luces, sombras y balance del ingreso de ese municipio del Sur a la organización asociativa del Valle de Aburrá.
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Envigado es el municipio con mejores indicadores de calidad de vida de Colombia, según Planeación Nacional. FOTO: JAIME PÉREZ
09 de julio de 2018
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Era el hijo pródigo de los municipios del Valle de Aburrá. Si bien, territorialmente Envigado siempre estuvo inmerso en las realidades y problemáticas metropolitanas, durante tres décadas permaneció ausente de la mesa en la que se toman las decisiones regionales.
Esa jurisdicción, históricamente con los mejores indicadores de calidad de vida del país y, declarado en 2015 como el mejor vividero de Colombia, según el Departamento Nacional de Planeación, decidió apartarse del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) en 1983. La Alcaldía pidió su exclusión, vía judicial, la misma que avaló una sentencia del Consejo de Estado.
Fue hasta el 10 de julio de 2016 cuando tuvo lugar una histórica jornada de participación ciudadana en la que, 25.000 de los 40.000 ciudadanos, que acudieron a las urnas, aprobaron el regreso del hijo pródigo. El mandato de la consulta popular, por la integración territorial, se selló 15 días después con la expedición del Acuerdo Municipal 028 del Concejo y su protocolización ante la Junta Metropolitana.
Luego de dos años del suceso de la consulta popular -se cumplen mañana-, el balance de las autoridades registra la ejecución de 11 obras de infraestructura (viales, culturales, educativas y ambientales), con la inversión de 210.000 millones de pesos.
“Ha sido una luna de miel prolongada”, opinó Esteban Salazar, secretario de Planeación de Envigado.
Eugenio Prieto Soto, director del AMVA, dijo por su parte que la beneficiada ha sido la región porque “ha ganado la planificación y articulación”.
Síntesis del desencuentro
Desde los 70 se empezó a evidenciar en el Aburrá un fenómeno de conurbación, es decir, que desde ese momento las fronteras entre los 10 municipios se volvieron difusas por la unidad económica, social y ambiental del territorio. En 1980 fue conformada la AMVA, el segundo conglomerado urbano más grande de Colombia, después del Distrito Capital de Bogotá.
Envigado pidió su exclusión de la entidad con el argumento de que perdía autonomía administrativa. También influyeron las posiciones políticas radicales que asumió quien fuera su alcalde durante seis periodos, Jorge Mesa Ramírez. En 1983 y, tras un fallo del Consejo de Estado, la dimisión se selló.
Durante sucesivas administraciones municipales y juntas directivas del AMVA no hubo acercamiento, incluso, hubo un nuevo litigio en 1993 por el trazado del metro que pasaba por esa jurisdicción.
La razón para permanecer alejado era una sola: sin estar en el AMVA, Envigado tenía los mejores indicadores de calidad de vida de Colombia, entonces, ¿para qué ingresar?
“Aunque el municipio hizo las cosas bien por 30 años, con la continuidad de proyectos en sus administraciones, también es cierto que con la compañía del AMVA estaríamos mucho mejor”, reconoció el secretario Salazar.
Prieto Soto dijo que ya no vale la pena regresar al pasado y opinar sobre las razones de Envigado para no participar en el esquema asociativo.
“Uno no tiene capacidad para decir que pudo haber sucedido, pero se dejaron pasar oportunidades muy importantes de hacer sinergías. El siglo XX fue de las ciudades; el XXI, de las metrópolis. Nos debemos ver así para trazar, articuladamente, el norte del largo plazo. De lo contrario, podríamos colapsar”, aseguró.
No todo se resolvió con el regreso. Para Santiago Leyva Botero, profesor del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de Eafit, los 33 años de aislamiento generaron consecuencias en el territorio que se demorarán en recuperarse.
“Envigado, por fuera del Área, evitaba que se dieran soluciones en conjunto. Ejemplos conocidos son el trazado de la línea del metro y la finalización de la vía distribuidora de la Avenida Regional”, detalló. También mencionó que las vías que se construyeron en la comuna de El Poblado no pudieron tener continuidad hacia el sur, lo que se traduce hoy en una infraestructura vial limitada. “Los problemas se van a ir resolviendo lentamente, porque, con consecuencias de 30 años, los efectos no pueden verse inmediatamente”, acotó.
Obras son amores
Cinco instituciones educativas, una placa deportiva, una casa museo, un parque cultural, una vía transversal, el mantenimiento de cauces y quebradas, la vía distribuidora de la Avenida Regional y el intercambio vial de La Ayurá son los proyectos financiados con aportes del AMVA en la jurisdicción de Envigado.
Además de la ejecución de obras, Prieto Soto destacó que, al contar con Envigado en la Junta Metropolitana se han podido tomar decisiones concertadas en materia de planeación, seguridad, movilidad y medioambiente. Asimismo, la unificación permitió el desarrollo de proyectos de mediana y alta envergadura que la Administración Municipal no hubiera podido apalancar solo con recursos propios o con cobros de valorización.
Dentro del escenario de debate, Envigado pudo entrar en la discusión del Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, el Plan de Gestión de Residuos Sólidos, el Plan de Ordenación y Manejo de la Microcuenca, el Plan Maestro de Movilidad, el Plan de Seguridad y Convivencia y el Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire, entre otros.
Retos del matrimonio común
La anexión de Envigado al AMVA cerró una etapa inconclusa en esa entidad. Los líderes gremiales coinciden en que la figura asociativa requiere de un nuevo impulso para poder atender las necesidades futuras de la región.
María Consuelo Montoya Giraldo, especialista en Planeación Urbano Regional y codirectora de la Corporación de Estudios, Educación e Investigación Ambiental, afirmó que el AMVA debe evolucionar dándole mas cabida a la participación ciudadana y con un nivel de incidencia mayor de los municipios diferentes a Medellín. Asimismo planteó el requerimiento de que la entidad tenga mayor protagonismo en el nacimiento de otras entidades similares en las subregiones de Antioquia.
En eso coincidió Carlos Viviescas, director de la Corporación Prosur, organización que agremia empresarios del Sur del Aburrá, quien apuntó que en el mediano plazo el AMVA debe avanzar en su renovación institucional porque su configuración todavía es de una institución del siglo pasado. Para ello propuso la creación de entidades subregionales descentralizadas, como una agencia metropolitana de tránsito y transporte, y una empresa metropolitana de desarrollo urbano que adelante procesos de renovación en zonas densificadas.
Para el director Eugenio Prieto Soto, las dificultades y complejidades del Área pasan por la consecución de acuerdos en el largo plazo. “Otras área metropolitanas funcionan como entes territoriales. Nosotros respetamos las autonomías con esfuerzos que se hacen conjuntamente para articularlos”, sintetizó.
La conurbación metropolitana debe seguir avanzando en la estructuración de su sistema de transporte público y en la unificación de la caja de recaudo y de la tarifa regulada, según el secretario Esteban Salazar. “Debemos generar nuevo espacio público verde, mejorar la calidad del aire y establecer una estrategia metropolitana de seguridad. Otros retos son la planificación ordenada y sostenible del Valle de Aburrá, interviniendo la edificación en laderas y la especulación del suelo”, apuntó.
El profesor Santiago Leyva Botero opinó que Envigado debe superar la desconexión de su malla vial, problema más notorio en las partes altas, colindantes con El Poblado y Sabaneta, y en la zona baja, límites con Itagüí. “Podemos observar que la ausencia del municipio dejó falencias profundas en el territorio que se esperan superar después de su proceso democrático de inclusión”, concluyó.
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