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Al igual que buena parte de los centros hospitalarios del departamento, la clínica Cardiovid afronta un complejo panorama financiero que arrastra males enquistados del sistema de salud y que se agravó con la coyuntura de la pandemia.
Dos datos sirven para ilustrar la situación: a la clínica le deben $63.300 millones por servicios prestados y más del 75 % es cartera vencida, es decir, que son deudas que superan los 90 días. Una cifra nada despreciable para una entidad que facturaba cerca de $12.000 millones mensuales antes de que aterrizara en el país el virus causante de la covid-19.
Ahora, en los últimos dos meses, la clínica facturó por los servicios médicos cerca de la mitad del promedio y los gastos aumentaron porque tuvo que adaptar más camas UCI y reforzar los elementos de protección con los que trabajan los cerca de 770 empleados que hoy tiene.
EL COLOMBIANO dialogó con su director, Carlos Alberto Lozano, para conocer sobre cómo se preparó la clínica para la pandemia, qué servicios se han visto disminuidos y los problemas de liquidez que los afectan.
Trece clínicas y hospitales de Antioquia, incluida Cardiovid, hicieron un SOS la semana pasada por la sostenibilidad financiera. ¿Cuál es la situación actual?
“Tenemos un sistema de salud que está diseñado para funcionar en unas condiciones muy distintas porque casi que está basado en la demanda de los servicios. El problema grande es que estamos afrontando una vida ‘covidcéntrica’, es decir, que todo gira en torno al virus y no hay nada más, y hay que tener muy presente que hay otro tipo enfermedades que generan altos índices de mortalidad y máxime si no son tratados a tiempo y el paciente no accede al servicio de manera oportuna”.
Por ejemplo...
“Aquí hablamos del tema cardiovascular y de hemología que es la especialidad nuestra, pero también hablamos de enfermedades congénitas. Esos efectos se han visto en otros países que tienen el problema un poco más avanzado que nosotros, por ejemplo hay estudios que indican que en el norte de Italia se han incrementado un 58 % los paros cardiacos atendidos y eso es producto de que los pacientes evitan ir al hospital o a la clínica por el temor del contagio del covid y dejen que avancen los síntomas. El llamado es a evitar que eso pase y que nuestros cardiópatas, nuestros pacientes de cáncer, neumología o enfermedades neurológicas puedan asistir a los servicios de salud porque la covid es un asunto que llegó para quedarse, y ahora mismo nadie tiene la fecha de vencimiento”.
“Teníamos un gran volumen de cirugía electiva, que es la que de entrada no amerita una urgencia, pero que probablemente sea una atención que se vuelva crítica o crónica y ahora solo se hace la prioritaria. Los trasplantes (corazón y pulmón) es uno de los programas que ha bajado sensiblemente, los procedimientos de apoyo diagnóstico: imágenes, ecocardiografías, radiología, pruebas pulmonares, excepto las extremadamente urgentes, y todo el tema de consulta externa. Los monitoreos de presión arterial, la cirugía de tórax, entre otras. Hay que tener claridad que aunque hay triajes telefónicos, hay muchas acciones en salud que ameritan que el paciente esté presente: un médico no podrá auscultar u oír un corazón vía telefónica. Seguramente a futuro sí, pero actualmente no se puede”.
¿Qué capacidad de la clínica se está usando?
“Si sumamos todos esos servicios suspendidos o que funcionan solo en casos urgentes o prioritarios, la clínica está funcionando entre un 40 y un 60 % de su capacidad, pero la infraestructura que está ahí sin ser utilizada es justamente la que tenemos para pacientes de altísima complejidad”.
¿Es seguro para un paciente que consulta por otra patología ir hoy a una clínica?
“Las clínicas y hospitales ya nos preparamos y generamos espacios separados, organizamos salas de espera de tal manera que no haya mezcla de pacientes que sean sospechosos de ser portadores del covid a los otros pacientes. Restringimos las visitas y estamos haciendo todo para que los pacientes y sus familias no se contagien. Esto nos cambió la vida y la estructura de trabajo, pero estamos cumpliendo todos los protocolos”.
Es decir que con este panorama se hace difícil la sostenibilidad financiera de una clínica como Cardiovid a mediano plazo...
“Yo le cambiaría el mediano por el corto plazo. Desde los primeros días de mayo no sabemos cómo vamos a hacer para el pago de la próxima nómina. Es complicado porque estas instituciones especializadas sufren con esta vida ‘covidcéntrica’ y la pregunta es qué va a pasar con todos los trabajadores del sector salud cuando en unas semanas las clínicas y hospitales no tengamos cómo retribuir con salarios por los servicios prestados. Qué pasaría si prescindimos de contratos y luego aumenta el volumen de atención que llegara a producirse por esta pandemia” .