La reestructuración del transporte público colectivo (buses y busetas) que se pretende adelantar en Rionegro, la “capital” del Oriente antioqueño, provocó controversia en esa subregión, la segunda más importante del departamento.
El nuevo sistema, bautizado Sonrío, contempla la racionalización de rutas (pasará de 38 a 16), integración urbana y tarifa única de $1.700 este año (en el Valle de Aburrá es de $2.200), válida para hacer los transbordos necesarios durante una hora. Otra medida de la reorganización es que los buses que prestan servicio intermunicipal no podrán ingresar a la centralidad, para lo cual, tendrán estaciones satélite para dejar a los pasajeros.
“Nos dimos a la tarea de modernizar el servicio de transporte que creció a discreción de los alcaldes, de manera desordenada. Recibimos muchas quejas por altos costos y transbordos”, justificó el alcalde Andrés Julián Rendón.
Añadió que el nuevo modelo garantizará que no haya abandono de ruta, aumentará el control y favorecerá el flujo vehicular. Rendón indicó que si las empresas transportadoras aceptan el sistema de operación propuesto, este arrancará en abril; en caso contrario, añadió, la alcaldía sacará el proceso a licitación.
Más de Sonrío
A la pregunta de si el municipio debe o no subsidiar la tarifa del bus urbano, Rendón respondió que según los estudios de demanda realizados, entre otros por la firma inglesa Steer Davies, cada día se bajan de los buses municipales 26.000 personas. “La demanda diaria puede estar en los 100.000 viajes. Con la integración establecimos que la tarifa razonable que remunera costos de operación y de reposición de buses es $1.649, lo aproximamos a $1.700 para arrancar”, precisó.
El nuevo modelo prevé que los vehículos que hoy prestan el servicio de taxi colectivo podrán, de manera voluntaria, pasar a la modalidad de taxi individual cumpliendo en un plazo de dos meses con la implementación del taxímetro y el radio teléfono. Los que no quieran migrar al individual deberán, para la obtención de la tarjeta de operación, cambiar los distintivos para facilitar la diferenciación del servicio y cumplir nuevos requisitos tecnológicos.
Polémica regional
El anuncio de la implementación de Sonrío no fue bien recibido en la zona.
Santiago Bernal Londoño, gerente de la empresa TransUnidos, dijo que la imposibilidad de llegar al casco urbano afectará a las 4.800 personas diarias que moviliza esa empresa entre La Ceja y Rionegro.
“Parte de esa población que transportamos trabaja allá, o son pacientes de clínicas o estudiantes” opinó.
Dijo que la actual tarifa entre ambas localidades es de $3.500 y se incrementará $1.700, un alza del 48 %. “Estamos en plena globalización, rompiendo fronteras, pensar en este sistema es devolvernos. Migrar a un transporte integrado con tecnología es un cambio muy fuerte que requiere de más tiempo”, dijo.
Pedro Pablo Zapata Hincapié, director ejecutivo de la Asociación de Transportadoras del Oriente Antioqueño, opinó que la alcaldía se “aceleró” con la renovación.
Criticó la falta de información y pidió tiempo para hacer los estudios propios de oferta y demanda. “El proceso debe obedecer a una estructuración financiera, contable, administrativa y operativa. En eso estamos muy débiles. Pedimos un compás de espera mientras se hacen las consultas internas, si no hay cierre financiero, les va tocar licitar”, sostuvo.
“Una sola región”
Zapata Hincapié señaló que las terminales satelitales se convertirán en problemas “sustanciales” para los usuarios de otros municipios, además de “focos de informalidad”. Aseveró que no se han dado las “discusiones de fondo” sobre Sonrío.
Wilder Echavarría Arango, director ejecutivo de la Provincia Administrativa del Agua, Bosques y el Turismo de Oriente, dijo que si bien la alcaldía es autónoma para generar planes de transporte, existe preocupación por la afectación que generará al transporte intermunicipal.
“Rionegro es receptor de población emergente y flotante de Oriente. Los sistemas integrados tienen que planearse por fuera de las fronteras municipales. Las dinámicas regionales no solo son de puertas para adentro”, expresó.
Sobre la afectación a los pasajeros de otros municipios, Rendón respondió que la queja de los transportadores locales era que los buses de otros municipios subían pasajeros sin permiso. Dijo que las rutas intermunicipales recorrerán menos kilómetros porque no llegarán hasta el casco urbano, por lo que podrán reducir sus tarifas.
“Hemos dispuesto de una infraestructura sencilla para que en las periferias puedan dejar a los ciudadanos que vienen de los municipios vecinos. Con esta tarifa se les aliviana el bolsillo no solo a los rionegreros sino a los vecinos”, concluyó .