Se inicia hoy la construcción de la primera etapa de Parques del Río. A partir de la fecha, y tal cual lo prometieron, el contratista tiene 268 días para edificar una vía soterrada de siete carriles de casi 400 metros de largo, dos puentes peatonales sobre el río, 52.000 metros cuadrados de espacio público y 1.745 árboles nuevos de 142 especies diferentes. Es un cronograma bastante apretado si se tiene en cuenta todo lo que hay que hacer.
Mas allá del desarrollo en infraestructura física que se genere, hay quienes se preguntan si valió la pena la tala de 600 árboles para empezar a construir, si serán debidamente reemplazados y si la transformación urbana será tan verde como se muestra en los diseños finales.
Los habitantes de Conquistadores y muchos medellinenses siguen disgustados y dolidos por esa ‘masacre ambiental’, como la han denominado.
“La veeduría tiene que cumplir un papel muy serio en ese sentido, estar pendientes de que al finalizar la construcción de Parques del Río, se restaure toda esa zona verde tal y como lo prometió la Administración Municipal, sembrando el número determinado de árboles (1.773) que ellos especificaron y que el Área Metropolitana les autorizó”, explicó Jorge Iván Zapata Ramírez, residente del barrio Conquistadores y miembro del grupo de veeduría ciudadana de este proyecto.
No será suficiente
Según Andrés Emiro Díez, doctor en Ingeniería, Parques del Río es un retroceso para la lucha contra el cambio climático, debido a que el uso de vías soterradas y cubiertas para un alto flujo de vehículos de combustión interna, hace que el parque requiera, para operar, un gran consumo de energía, que si bien mayoritariamente hidroeléctrica, implica emisiones de difícil compensación.
“Cada kilómetro que se construya de vía soterrada enviaría 140 Toneladas de dióxido de carbono cada año a la atmósfera, solo por la energía requerida para operar, contribuyendo con el cambio climático”, sostiene Díez Restrepo.
El ingeniero y docente titular de la UPB insiste que “asumiendo que un árbol tiene capacidad de absorber en promedio 10 kilogramos de dióxido de carbono al año, cada kilómetro de vía soterrada requeriría 14.000 árboles para su compensación”; es decir, si el soterrado de esta etapa de Parques del Río medirá unos 400 metros, siguiendo esta lógica, se tendrían que sembrar más de 5.600 árboles para equilibrar la huella de carbono que se va a generar.
Por tal razón, concluye Díez Restrepo, la réplica de proyectos tipo Parques del Río perjudica la lucha contra el cambio climático, que debe ser prioritaria. Además, para él, los recursos destinados para el proyecto tendrían mejores efectos ambientales si se invirtieran en reforestación y protección de humedales a lo largo de toda la cuenca del río.
Otros dicen que sí
“El balance en términos netos es positivo porque gran parte del proyecto se diseñó para que fuera una corredor biológico y en ese sentido tendrá más especies arbóreas de las que tuvo el sector anteriormente”, afirma Carlos Cadavid Restrepo, subdirector ejecutivo del Centro Nacional de Producción más Limpia y Tecnologías Ambientales (Cnpmlta).
Agrega que los especialistas en botánica del proyecto saben qué tipo de flora van a sembrar allí, para que sea viable su desarrollo a largo plazo y para que ayude a mejorar la calidad del aire de la ciudad.
“En otras obras de la ciudad, uno encuentra árboles que crecen en condiciones difíciles. En la avenida Oriental, por ejemplo, hay árboles que crecen sobre el separador central, teniendo abajo una placa de cemento. Entonces, ¿por qué no van a prosperar los árboles de Parques del Río?, puntualizó.
Cabe recordar que con los diseños finales de Parques del Río, también se presentaron unos estudios de impacto ambiental, los cuales incluían todos los permisos del proyecto, ocupación de cauce, aprovechamiento forestal, tratamiento de aguas durante la obra por estar tan cerca del río, entre otros aspectos ecológicos.
Aunque algunos medellinenses todavía estén incrédulos, se espera que Parques del Río se convierta en un pulmón para la ciudad.