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Por las laderas de Belén suben los primeros buses eléctricos

Son los primeros de su tipo en manos de una empresa privada que operan en la ciudad. Fueron traídos de China y no generan emisiones. Ocho más llegarán en 2021.

  • Para las pruebas en ladera, los buses fueron probados en la Loma de San Julián y la Cola del Zorro. Los cargaron con bultos de arena para simular el peso de los pasajeros. FOTO Jaime Pérez.
    Para las pruebas en ladera, los buses fueron probados en la Loma de San Julián y la Cola del Zorro. Los cargaron con bultos de arena para simular el peso de los pasajeros. FOTO Jaime Pérez.
17 de octubre de 2020
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Mientras un bus corriente cuesta entre $250 y $300 millones, uno eléctrico, en el mejor de los casos, está sobre los 500. Hoy, por las laderas de Medellín, ya se prueban cuatro de esos vehículos: son los primeros en manos de privados que llegan a la ciudad. Y es que, por la alta inversión inicial, no muchos se le miden todavía a esta nueva tecnología.

Los cuatro vehículos, traídos de China, los puso en funcionamiento la empresa MDO (Masivo de Occidente), que opera en Belén prestando el servicio de alimentador al Metro. Fernando Montoya, gerente de la compañía, cuenta que el año pasado estuvieron en China haciendo el negocio. Allá se dieron cuenta, en sus palabras, que la movilidad eléctrica no era el futuro, sino el presente: “Estuvimos en Liaocheng, una ciudad en la que hay 20.000 buses eléctricos que no hacen ruido. No se escucha nada y no emiten emisiones”, rememora.

En total, MDO hizo trato por 12 buses. Los cuatro que ya llegaron comenzaron las pruebas hace tres meses y los resultados han sido alentadores. En la parte plana, explica el gerente, han demostrado una autonomía de 250 kilómetros. En las pendientes, entre Belén Rincón y El Rodeo, han subido por una loma de 24 grados de inclinación, lo que ha reducido la autonomía de la batería. “El bus puede subir por una pared, eso no es problema, pero el rendimiento sí baja. Ahí la autonomía se reduce a unos 130 kilómetros”, precisa Montoya.

Jhony Urán, operario que conduce uno de los cuatro buses, estuvo capacitándose en China para conducirlo. Comenta que el bus, cuando va en bajada, regenera su propia carga, lo que lo hace más eficiente.

El dilema de los privados

Juan Gonzalo Merino, presidente de la Cooperativa de Transporte Asotransvaa, afirma que desde la entidad reciben asesoría de tres firmas para ver qué tan viable es renovar la flota con vehículos eléctricos. Por ahora, dice, los resultados son positivos. Pero dudan por los costos: “Uno de esos buses está ahora en unos 180.000 dólares. Los transportadores, no podemos hacerlo solos. Es decir, nos tienen que ofrecer unos créditos blandos o unos subsidios por parte del Gobierno Nacional para que sea factible”.

Medellín ha hecho esfuerzos para que la movilidad eléctrica sea una realidad. El acuerdo municipal 58 de 2017, que promueve el sistema de transporte público eléctrico, dice que la administración “estudiará los mecanismos que permitan definir los incentivos a propietarios y operadores del Sistema de Transporte Público que adquieran vehículos con energía eléctrica para operar su flota”. Entre esos están los que menciona Merino: ayudas en la reposición, convenios con el transporte masivo (Metro), alivios tributarios, entre otros.

Un transportador tradicional, que no quiso dar su nombre, argumenta que otro de los problemas es que la penetración de estos vehículos es todavía muy escasa en el mercado nacional. Eso hace que conseguir repuestos sea muy costoso y difícil. Por ejemplo, si una pieza se daña, el carro puede permanecer parado una o dos semanas, algo que las empresas pequeñas no pueden soportar. “Le da temor a uno meterse en un carro de esos. Solo el precio ya espanta”, dice el transportador.

Añade que hay otro factor que les ha frenado en la consecución de nuevas tecnologías: la burocracia para recibir descuentos tributarios. El Gobierno Nacional da gabelas a quienes compren vehículos eléctricos. Una de ellas es devolver el valor del Iva. Esto, en la práctica, toma tiempo: “Conozco casos de personas que llevan trabajando tres años con los buses y todavía están esperando la devolución del Iva. Valoramos el esfuerzo del Gobierno, pero nos gustaría que fuera un mecanismo más ágil para materializar esos descuentos en impuestos”, anota el transportador independiente.

El gerente Montoya resume los beneficios de los eléctricos así: mientras un motor a Diesel puede tener mil piezas, el de los buses de la compañía que preside tiene apenas 40. Eso hace que el funcionamiento sea más óptimo y no se necesite conseguir muchas piezas. Y añade un tema esencial que motivó a la empresa a adquirir los 12 buses eléctricos: a la larga requieren menos mantenimiento y se reducen gastos. Pero ahí esta el quid del asunto para los pequeños transportadores. Para cargar los buses, MDO instaló toda una infraestructura que tuvo un costo de $360 millones, algo impensable para un empresario pequeño.

Montoya concluye que el beneficio mayor es para la ciudad: “Estos buses tienen cero huella de carbono, no emiten ruido, utilizan 85 % menos de aceite que un bus normal. Ese es nuestro aporte a Medellín”.

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Buses eléctricos negoció la empresa MDO en China. Ocho llegarán en 2021.

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