Luego del shock nervioso que sufrió el norteamericano, Ryan Esko, tras el atraco del que fue víctima el pasado miércoles en el sector Los Balsos de El Poblado, en Medellín, lo que más le preocupa es que otros benefactores de su país han manifestado temor de venir a la ciudad a adelantar obras sociales.
Y es que la situación no fue nada cómoda. Esko, director de la fundación Juntos Regalamos Sonrisas fue interceptado, cuando bajaba del aeropuerto José María Córdova— tras arribar a Antioquia—por dos hombres que le apuntaron con igual número de armas, a las 10:35 p.m. Con amenazas lo obligaron a entregar sus pertenencias: dinero, joyas, pasaporte y tarjetas de crédito.
El extranjero lleva 10 años viniendo cada diciembre a Medellín para realizar una fiesta de Navidad a niños pobres y discapacitados de la ciudad. Esta vez conocería la nueva sede de la Clínica Noel, en el barrio Manila misión que no logró cumplir porque salió horas después del atraco para la embajada de Estados Unidos con el fin de solicitar protección y ayuda para regresar a su país.
Diana Benjumea, de la Fundación Clínica Noel, comentó que Esko ayudaría a cumplir el sueño de una Navidad feliz a cinco niños pacientes de esa institución: “Venía a participar en la fiesta, que finalmente se hizo, con 350 niños en el Parque Explora, el sábado pasado, porque él (Esko) me dijo que no parara nada”, explicó.