Las primeras pruebas especializadas para conocer si alguna sustancia habría causado la muerte del sacerdote Javier Eduardo González Pertuz, quien apareció muerto el pasado 3 de febrero en un establecimiento comercial de la carrera 70, no arrojaron ningún resultado concluyente, según indicaron investigadores allegados al caso a varios medios de comunicación.
Como primera hipótesis del deceso del religioso se había tomado la intoxicación por escopolamina; por ello, se habían realizado las pruebas preliminares que hasta ahora no arrojaron un resultado concluyente.
De acuerdo a El Tiempo, al sacerdote se le tomaron muestras de orina, de sangre y frotis nasal para detectar alguna de las 10 sustancias que con estos métodos se pueden rastrear. Sin embargo, “Negativo para sustancias” fue el resultado que arrojó el examen a González, añadió el medio.