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¿El Concejo le dará la espalda a la alcaldía de Quintero?

Corporación hundió esta semana el “programa más importante de la administración”. Implicaciones.

  • Según los analistas, el alcalde Quintero falló en la comunicación del proyecto. Concejo reacomodó sus fuerzas. FOTO Julio césar herrera
    Según los analistas, el alcalde Quintero falló en la comunicación del proyecto. Concejo reacomodó sus fuerzas. FOTO Julio césar herrera
30 de abril de 2021
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El gobierno de Daniel Quintero tuvo esta semana su gran primer tropezón en el Concejo. Según analistas políticos consultados, que la transformación jurídica del aeropuerto Olaya Herrera se haya hundido en segundo debate marca un giro en las relaciones entre ambos. Con 12 votos en contra y ocho a favor, el proyecto de acuerdo 047 de 2021 murió antes de nacer. “El Concejo había tenido un papel muy poco protagónico en el control político hacia un alcalde con tantos problemas. A partir de esta situación puede ganar protagonismo”, comenta Juan Carlos Escobar, profesor del Instituto Político de la Universidad de Antioquia.

El contexto de lo sucedido es el siguiente. El pasado 23 de marzo, la administración presentó un proyecto de acuerdo con el que pretendía cambiar la naturaleza jurídica del establecimiento público Olaya Herrera. La idea fue, en un principio, que el aeropuerto se convirtiera en una Empresa Industrial y Comercial del Estado. Así podría aumentar sus ingresos en $14.000 millones al año para 2030, según la alcaldía. Pero el debate, direccionado por el propio alcalde, tomó otro rumbo: la creación de un megaparque público. Este fin, sin embargo, no estaba mencionado en el proyecto de acuerdo.

Y por ahí le pasaron cuenta de cobro los concejales a Quintero, según los analistas. El corporado Daniel Carvalho, por ejemplo, dijo que la administración había engañado a los ciudadanos con el tema del parque. Al final, 12 concejales, incluyendo dos de la coalición del alcalde, le dieron la espalda al proyecto. Pero, ¿cuáles son los alcances de lo que pasó?

Reacomodo de fuerzas

Para el profesor Escobar, lo sucedido puede crear un reacomodo de fuerzas. “Lo que podremos ver es que algunos concejales, como la ley se los permite, puedan cambiar su adscripción y se vayan a la oposición. Además, creo que voces contrarias al gobierno, como las de Daniel Duque y Daniel Carvalho, sean más escuchadas y tener más incidencia”, explica el académico.

Por otro lado, expone que el gobierno de Quintero tiene, de ahora en adelante, un reto frente a la gobernabilidad. Es decir, con la votación quedó evidenciado que la coalición, que es de 11 concejales (en la práctica, Duque es independiente) no lo apoya de manera irrestricta. “Si la idea del alcalde es recomponer la gobernabilidad, debería intentar otras formas con los sectores que ha tenido confrontaciones. Su estilo ha sido de choque y de disputa. El problema con el alcalde es que es de un personalismo muy marcado, una persona que quiere figurar en los medios”, concluye Escobar.

Por su parte, José Olimpo Suárez, director de la maestría en política de la UPB, opina que lo sucedido en el Concejo es “muy interesante”. Enfatiza en que la naturaleza de la actual administración es de confrontación: “Lo que ocurrió muestra la naturaleza de la nueva administración, que es querellante, que quiere pasar a la historia como un gobierno diferente, que fue capaz de enfrentarse a poderes establecidos. Es legítimo, pero hay que tener cuidado, el alcalde y sus colaboradores deben poner las barbas en remojo”.

Suárez añade que es de celebrar que el Concejo haya mostrado análisis y reflexión a la hora de votar un proyecto. El profesor está de acuerdo con Escobar en que el alcalde deberá negociar y tener una mejor relación con el Concejo si quiere que sus proyectos salgan adelante. “Se demostró que hay fuerzas que no necesariamente son de oposición cerril sino de discusión y análisis. Pienso que al alcalde le dieron de su propia medicina. Las cosas se van a poner difíciles y le tocará negociar”, complementa.

Carlos Builes, analista y docente del programa de Ciencia Política de la Universidad de Antioquia, dice que hay dos detalles a tener en cuenta. Uno de ellos es que “era obvio” que el Centro Democrático, al ser oposición, iba a votar negativamente la propuesta del alcalde. Por otro lado, comenta que la idea de cambiar la naturaleza jurídica del aeropuerto no era mala per se, sino que fue mal comunicada y hecha “a la carrera”. Argumenta: “Al alcalde le faltó tino para la socialización del proceso. Hubo una mala estrategia comunicativa y a eso se suma el poco tacto político. Esto es más el fruto de una fallida estrategia de gobernabilidad”.

La conclusión de los analistas se hace obvia: el alcalde, si quiere que sus proyectos salgan adelante, debe mejorar su relación con los concejales y evitar los enfrentamientos.

Los protagonistas

Lo más llamativo de la jornada del martes fue la votación negativa de dos concejales de la coalición. Luis Bernardo Vélez, uno de ellos y quien acompañó al alcalde en campaña, expresa que estuvo de acuerdo con el proyecto de acuerdo en un comienzo. De hecho, votó favorable al primer debate, en la comisión tercera. “Me pareció que ampliar la naturaleza era pertinente. ¿Por qué voté negativo en segundo debate? Porque se habló de trasladar el aeropuerto, algo diferente a lo que habíamos votado en primer debate. Para ello no había un estudio a fondo”.

En cuanto a la relación con la administración, Vélez dice que la votación no la afectará. A pesar de ser de la coalición, expresa que tiene independencia y “no hace cálculos en cuestión de coaliciones. Al alcalde se le había aprobado todo y celebro que haya una democracia fuerte en el Concejo. En mi caso no hubo una consideración política, sino técnica. Cada proyecto será discutido con sensatez”.

El otro que votó negativo el proyecto y que hace parte de la colación de gobierno es Luis Carlos Hernández, del partido de la U. Consultamos por qué lo hizo y este fue su argumento: “Era un proyecto bueno, necesario, pero el debate no era la creación de un parque público, como dijo el alcalde. Nunca nos quedó claro el tema de la inversión y no hubo precisión”.

Hernández dice que su partido es “gobiernista” en Medellín, pero que eso no va en detrimento de la libertad a la hora de tomar decisiones. “Respaldaremos los proyectos que beneficien a la ciudad, pero el hecho de que seamos gobiernistas no quiere decir que no tengamos autonomía o criterio. Seguiremos siendo amigos y respetuosos con la administración. Cuando haya que dar una crítica constructiva, lo haré con el respeto que se merece el señor alcalde”, dice el concejal de la U.

En la otra orilla de los sucesos quedó el concejal Albert Corredor, del Centro Democrático, coordinador de ponentes y quien se abstuvo de votar.

El alcalde Quintero dijo que los corporados de ese partido habían recibido una presión del expresidente Álvaro Uribe, su jefe natural, para que votaran en contra. El concejal lo desmiente: “El partido hizo la recomendación de votar negativo, pero nos dio la libertad de escoger. Yo no quise hacerlo, por lo que decidí abstenerme, algo a lo que tengo derecho. Hablé con Uribe y le expresé que estuve de acuerdo con el proyecto. Él escuchó mis razones y entendió. Es una persona abierta al diálogo y siempre respetuoso de nuestras decisiones”.

Para el analista Suárez, lo vivido esta semana es señal de que las cosas en el Concejo pueden cambiar para el alcalde

12
concejales, dos de ellos de la coalición, votaron en contra del proyecto del Olaya.
10
concejales han cambiado su posición (con sustento jurídico) frente al gobierno.

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