Apenas han pasado tres días desde que se encendieron los alumbrados en el paseo del río Medellín y ya las autoridades han detectado delincuentes que pretenden cobrar ‘vacunas’ a los vendedores, que con mucho esfuerzo y un poco de suerte, lograron hacerse un espacio para vender sus productos en los kioskos dispuestos por la Alcaldía de Medellín en esta zona.
El vicealcalde de gobernabilidad de la ciudad, Luis Fernando Suárez, advirtió el lunes que, en efecto, tras un recorrido por el sitio más visitado por la temporada decembrina, se logró la individualización de seis sujetos que a nombre de una empresa de ‘vigilancia’ estaban cobrando a los incautos comerciantes.
“Hicimos un recorrido e identificamos una supuesta empresa de seguridad privada. Total ataque a esta expresión de delincuencia. Se intervino la situación. Ellos no están autorizados a realizar ningún cobro y es que se quieren tomar el paseo del río. El llamado es a que estén del lado de la institucionalidad”, afirmó Suárez.
Donde hay un negocio que surge, parece ser, siempre hay delincuentes y avivatos tratando de aprovecharse.
La denuncia del cobro de ‘vacunas’ se evidencia con el testimonio de una de las afectadas. “Tengo entendido que están cobrando 3000 pesos diarios a cada local, dizque por vigilancia. Ellos llegan por la noche, cuando los negocios están abiertos, piden su cuota y siguen. Esa queja me la han puesto varios de los que abrieron desde el sábado”, afirma Natalia, una de las beneficiarias de los locales.
La renta es suculenta para los delincuentes. Teniendo en cuenta este cobro a 264 locales la ganancia podría llegar a 792.000 pesos diarios, nada despreciable y sin inversión alguna más que la intimidación.
“Vamos a dar una guerra frontal en el centro de Medellín y no vamos a permitir que se apoderen del río. Lo tenemos que hacer, es muy importante que los ciudadanos nos ayuden. Las víctimas no pueden tener miedo, allí tenemos toda la presencia institucional.
Parece no ser el único problema. Natalia, por ejemplo, no ha podido abrir su negocio. Planea vender lo suficiente para hacer una Navidad digna para su familia, pero no ha pagado el importe de 410.000 pesos que exige la administración para utilizar el espacio.
Este detalle ha provocado otro impase para los vendedores.
“Es que muchos para poder pagar se metieron con los ‘pagadiarios’, que estaban regados prestando hasta un millón de pesos con intereses del 20 por ciento y para pagar en siete días. Yo no me meto, eso es para problemas, prefiero endeudarme con un banco”, agrega Natalia.
Aquí cabe anotar que la usura también es un negocio ilegal.
Las autoridades hacen un llamado, a tiempo, apenas en el inicio de la temporada, para que los incautos no caigan en las garras de los avivatos y delincuentes que quieren aprovecharse de la situación.
“No busquen a los delincuentes que ese no es el camino”, puntualizó el vicealcalde.
