Duber Arley Figueroa vestía la camiseta de Nacional, su prenda favorita, el día que murió. El joven había estado el pasado sábado -como cada ocho días- acompañando a su equipo de fútbol, aunque esta vez había sido un partido agridulce.
La victoria que había cantado hasta el minuto 90 se desvaneció en una jugada de penal, el triunfo verde pasó a ser un empate y ese fue el inicio del fin para este joven de 18 años.
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Figueroa y tres de sus amigos salieron después del partido para el centro de la ciudad y en el sector de Villanueva se encontraron con una pareja de hinchas del equipo rival: una mujer embarazada y su compañero sentimental.
Según el coronel Diego Vásquez, comandante operativo de la Policía Metropolitana, Figueroa y sus amigos intentaron atracar a la pareja. “En ese intento de atraco ellos (Figueroa y compañía) hieren al hombre y con las voces de auxilio, la comunidad los rodea y le producen las heridas por las que es trasladado a un centro asistencial”.
Figueroa fue atacado con una navaja en la pierna y la ingle, pero aún no está claro quién lo agredió. Lo que sí se sabe es que las heridas le costaron la vida y que su fallecimiento quedó documentado a las 6:00 a.m. del domingo.
El hincha de Medellín herido fue capturado y será vinculado a la investigación por homicidio. Al ser interrogado por las autoridades, dijo que antes de intentar atracarlos, Figueroa y sus amigos les dijeron que “por ser hinchas de Medellín se tenían que morir”.
A pesar de ese testimonio, el coronel Vásquez insistió en que el hecho no tuvo nada que ver con el fútbol y que, por el contrario, se trató de “una muerte en medio de un atraco”.
Mary Figueroa, la madre de Duber, dijo que no tenía claros los hechos en los que murió su hijo. “Yo sólo se que me lo mataron. A mi me llamaron a la clínica a decirme que estaba herido y luego que había muerto. Me han hablado de un hombre y una mujer, pero no se más”, dijo la mujer con la voz cortada por el llanto de varias horas.
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