Natalia Arias Delgado, Alexánder Quintana García y H.A.G. se conocían porque vivían en San Jerónimo, tenían amigos en común y porque todos fueron alumnos de la Institución Educativa Escuela Normal Superior Genoveva Diaz, de ese municipio.
Los tres estuvieron en el mismo lugar en la noche en que ella fue asesinada, que Quintana fue capturado y que el otro involucrado en esta historia fue herido con una bala.
Hasta la madrugada del domingo permanecieron en una popular discoteca de San Jerónimo, cercana a la vía al mar. De allí salieron juntos Natalia y su amigo H.A.G. Caminaban cuando se toparon con Alexánder, quien también había dejado el lugar. Siguieron su camino y segundos después, él se acercó a ellos corriendo y apuntándoles con un revólver. Disparó e hirió H.A.G., que alcanzó a correr para refugiarse. Pero ella, Natalia, la joven de 19 años que en noviembre iba a obtener el grado por estudios complementarios en Pedagogía Infantil, en la Escuela Normal Superior, no corrió la misma suerte y recibió tres disparos.
Algunas personas la llevaron al hospital de la localidad, donde murió. Esos hechos fueron narrados por personas que aseguraron haberlos atestiguado.
El coronel Ramiro Riveros, comandante del Departamento de Policía Antioquia, afirmó que los móviles de este crimen estarían relacionados con “celos por parte de la expareja de la víctima”.
Natalia y Alexánder fueron novios por varios años, pero hace 2 meses había terminado esa relación.
“Era una niña de la casa, muy estudiosa, muy alegre. Estaba terminando el complementario y este año se iba a graduar de profesora”, dijo Flor, una tía de la joven a la que le truncaron su vida y sus sueños.
A H.A.G. lo atendieron en el hospital por una herida de bala en el hombro y le dieron rápidamente el alta médica, mientras que a Alexánder Quintana García o ‘Morro’, de 20 años, lo capturaron minutos después del crimen que habría cometido por no saber controlar sus celos.
