Pese a que la Secretaría de Educación de Medellín, Alexandra Agudelo, sostuvo la semana pasada que el descuadre en la contratación del personal de aseo de los colegios públicos respondía a un tecnicismo menor, el vínculo con el operador saliente tuvo que renovarse un mes más, mientras que la orden de compra para formalizar al nuevo proveedor no aparecía —hasta el cierre de esta edición— en la plataforma web de Colombia Compra Eficiente.
Todo ha respondido, según la respuesta oficial, a un proceso de desempate entre los 13 interesados en ejecutar por cuatro meses el contrato que asciende a $8.796 millones. Esa versión ha sido confirmada por la Agencia Nacional de Contratación Pública, pero el detalle que salta a la vista es el tiempo que le tomará a la Alcaldía ejecutar su “Plan b” y hacer el empalme con el nuevo operador.
Estas triquiñuelas de contratación causaron que las 229 instituciones educativas de la ciudad se quedaran sin personal de aseo el 7 de marzo pasado, y que los trabajadores de Asear S.A.S E.S.P —operador saliente— tuvieran que reintegrarse a sus labores cuando ya no contaban con contrato alguno. Es decir, exponiendo su integridad sin una aseguradora de riesgos laborales activa.
Este diario pudo corroborar que, finalmente, el jueves 10 de marzo se formalizó de nuevo el vínculo del personal que asume las tareas de aseo. Se lee en uno de los contratos a los que tuvo acceso EL COLOMBIANO que el 7 de abril finaliza la obra y labor de los empleados de Asear S.A E.S.P que volvieron a los colegios públicos (ver contrato anexo).
“Firmamos un contrato de un mes la semana pasada”, sostuvo uno de los trabajadores de uno de los colegios públicos de Belén, “mientras esperamos si la otra empresa nos coge o no. Pero eso es un descaro: nos daña las primas, la liquidación, las cesantías”.
Este vínculo, sin embargo, no es sinónimo de tranquilidad. Otros operarios de aseo expresaron que, aunque su actual empleador les ha indicado que les renovarán el contrato una vez llegue el nuevo proveedor, eso no es seguro. En dichos empalmes más de uno pierde su trabajo.
“Llevo más de 15 años trabajando en los colegios y en este tipo de renovaciones suelen cortar personal. Uno siempre vive con miedo al cambiar de empresa, porque no es seguro si se queda o no. Lo que pedimos es que se nos respete el tiempo que llevamos y que no abusen de nosotros”.