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Los sobrevivientes de la avalancha de Armero asistieron este fin de semana al camposanto donde quedó sepultada la mayoría de esa población del norte del Tolima. Los armeritas y sus descendientes contaron que al margen del profundo recuerdo, también es tiempo de impulsar el turismo histórico y patrimonio de las ruinas.
Monseñor José Luis Henao, obispo de la Diócesis de Líbano y Honda, dijo durante la homilía que hay que conmemorar la fecha con profundo respeto, pero que es hora de asumir una nueva actitud para transformar la realidad y el territorio en el que residieron hace 31 años.
El sentimiento es compartido por los dirigentes de Armero Guayabal, como el alcalde Carlos Alfonso Escobar, quien aseguró que luego de más de tres décadas, existen tareas pendientes que deben materializarse a fin de que la historia de esa población se preserve.
“Ya lloramos, ahora buscamos recuperar la memoria para que las generaciones que vienen no olviden lo que sucedió. Acá siempre vamos a acudir con solemnidad, pero estamos apostándole a prácticas de tejido social”, dijo.
La celebración concluyó con la presencia de miles de personas, que luego recorrieron los senderos que comunican con las ruinas y monumentos construidos en homenaje a las más de 20.000 personas que perdieron la vida esa noche de 1985, que marcó un triste episodio en la historia del país. Como es costumbre, durante todo el fin de semana se realizaron diferentes actividades religiosas y culturales como la lluvia de flores, a cargo de la Policía. Se inauguró también el Parque Temático Omaira Sánchez, la niña que se convirtió en emblema de la tragedia.