La pandemia del covid-19 ha puesto a prueba no solo los sistemas de salud de los diferentes países del mundo sino las estructuras sociales y los gobiernos en sí mismos. La administración del presidente Iván Duque no ha sido ajena a este hecho, pero aún le quedan más desafíos que sortear. El más cercano será el inicio del aislamiento inteligente, a partir del primero de junio, el mismo mes en que se proyecta el inicio del mayor pico de contagio.
Para esta etapa, el mandatario colombiano ha dicho que la autonomía que tienen los alcaldes y gobernadores en sus territorios será clave para disminuir los riesgos de propagación del virus. Serán ellos los que se encarguen de ajustar en sus territorios los lineamientos generales que ha dado el Gobierno central alrededor de las medidas de bioseguridad que deben tener sectores que van a reabrir después del primero de junio. Deberán tener en cuenta variables como la densidad poblacional, contagios por número de habitantes, capacidad de reacción del sistema de salud, entre otros aspectos.
De esta manera quedará sobre los hombros de los alcaldes y gobernadores gran parte de la responsabilidad de lo que ocurra con la pandemia en sus municipios o departamentos. Un equilibrio de cargas que podría derivar en varias conclusiones, que podrían ser no tan positivas, alrededor de la realidad política, económica y social que tiene la Colombia profunda, pero que para muchos liderazgos puede ser la oportunidad de volver a dar la discusión sobre una mayor descentralización de recursos y de poder.
Por ahora, grandes ciudades como Bogotá, en cabeza de la alcaldesa Claudia López, y Medellín, de la mano del alcalde Daniel Quintero, han venido mostrando avances en la preparación del sistema de salud, implementación de medidas sanitarias y preparación tanto para los picos de contagio como para la reapertura programada a partir del primero de junio. Sin embargo, no ha pasado lo mismo en territorios como Amazonas o Cartagena, donde el Gobierno Nacional tuvo que intervenir para frenar el aumento exponencial de contagios de Covid-19.
Para la analista política Bibiana Clavijo, será una oportunidad para evidenciar la forma en la que funciona el Estado colombiano y evaluarla. De esta manera, el mayor poder lo sigue teniendo el presidente Iván Duque, que ha dado los lineamientos para que los mandatarios locales los ejecuten, sin que, a su juicio, se pueda hablar de descentralización.
Clavijo agrega que si bien habrá mandatarios locales que se destaquen por la forma en que manejen la crisis y pongan sobre la mesa otra vez el tema de la descentralización, también se reflejará la pertinencia de que haya un gobierno central que llegue a reforzar aquellos territorios en los que haya necesidad, porque no tienen sistemas de salud fuertes o una gran estructura social.
“Habrá municipios que en razón de la pandemia van a tener mayores necesidades, mayores requerimientos de apoyo del Gobierno central, lo cual es previsible, y no quiere decir que la estrategia falle, quiere decir que las necesidades son distintas en razón de las posibilidades que tienen los municipios”, dice la analista.
Carlos Medina, profesor de ciencias política de la Universidad Nacional, señala que la estrategia del presidente Iván Duque es acertada, en la medida en que hay un equilibrio entre el poder que tiene el Gobierno Nacional y el que tienen los mandatarios locales, porque hay problemas estructurales que impiden que algunos territorios actúen de forma independiente o que la administración central actúe sola.
Medina resalta que es importante el seguimiento del Gobierno Nacional a los recursos que se están utilizando para la atención de la pandemia, que en su mayoría proviene de las regalías a las que tienen derecho los entes territoriales. Recuerda que ya muchos mandatarios locales han sido vinculados por los organismos de control a investigaciones sobre la contratación que se ha hecho hasta el momento para atender la crisis.
Es así como para el experto, la coyuntura creada por la pandemia no aceleraría el debate sobre la descentralización en el país, debido a que queda en evidencia que no todos los municipios y departamentos están en iguales condiciones de asumir la responsabilidad que implica asumir este tipo de gobernanza, tales como impulsar la economía, responder por los derechos de las comunidades, generar empleo, entre otros.
“Estos municipios suelen vivir a través de recursos que les trasfiere el Gobierno central a través del sistema general de regalías, para atender actividades que son fundamentales para la creación de las condiciones de bienestar de los ciudadanos que habitan esos territorios. No es un problema de centralización administrativa ni de descentralización económica sino de que muchos de los municipios no tienen como sostenerse si no cuentan con el apoyo central”, agrega el analista.
Medina indica que se puede comparar ciudades como Medellín o Bogotá, que son capaces de generar políticas en el manejo de los recursos y que cuentan con una economía vigorosa, con otros municipios que no pueden hacerlo. También señala que hay territorios en los que no ha llegado el Covid-19, y por lo tanto, no pueden ser tratados de la misma forma que los demás en términos de restricciones.
El analista Jairo Libreros asegura que la estrategia es conveniente, siempre y cuando no se vulneren las prohibiciones que ha establecido el presidente de la República, Iván Duque, en lo relacionado con bares, discotecas y restaurantes.
“Las entidades territoriales no son entidades minusválidas o menores de edad como para que la tutela siempre la tenga la Presidencia de la República. Además, las autoridades locales gozan de autonomía y han demostrado que pueden conducir las actividades políticas y económicas en sus municipios y departamentos. Creo que es una decisión acertada que les devuelve a los alcaldes y gobernadores la capacidad de tramitar los asuntos locales de una manera autónoma”, señala Libreros.
La ministra del Interior, Alicia Arango, pese a que no se ha iniciado el aislamiento inteligente, llamó la atención a algunos mandatarios que han venido tomando decisiones de manera arbitraria y en contra de los lineamientos que ha establecido el Gobierno Nacional. Arango tuvo que ‘regañarlos’, nuevamente, para hacer énfasis en que no se puede abrir casinos, terminales de juego, sitios de entretenimiento, bares ni restaurantes. Los alcaldes y gobernadores deben coordinar las estrategias de reapertura con las entidades de orden nacional y siguiendo los decretos presidenciales emitidos en el marco de las dos emergencias económicas, sociales y ecológicas firmadas por el presidente Duque.
“Hemos tenido problemas en dos o tres municipios, porque ha habido confusión y han abierto algunos bares o sitios de entretenimiento. Eso no se puede hacer, lo mismo, se conserva la restricción a la movilidad, no puede salir o entrar gente al municipio, distinto a las excepciones como son el abastecimiento, la gasolina y algunas situaciones de urgencia”, dijo la Ministra del Interior.
Oportunidad para consolidar liderazgos
Sin duda, la crisis desatada por la pandemia y la responsabilidad que tendrán los mandatarios locales será una oportunidad para que se consoliden liderazgos políticos emergentes en las regiones, pero también para que algunos otros se caigan. Todo dependerá del manejo que le den a la crisis.
En este sentido, Libreros advierte que tan pronto disminuya la gestión por el coronavirus, la política en Colombia se va a centrar en los liderazgos regionales y, muy seguramente, los niveles de desaprobación del Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Duque, van a volver a ser los mismos que antes de la pandemia. “En esa medida, mandatarios frescos que se están mostrando resultados, fácilmente, se pueden convertir en los personajes del debate nacional”, señala.
“Es una oportunidad para darle mayor autonomía para la gestión de las políticas públicas de los alcaldes y gobernadores, pero esa mayor autonomía tiene que venir acompañada de recursos, porque la transferencia de competencias en la sustentación fiscal termina siendo un saludo a la bandera. En esa medida se les puede dar mayor autonomía para los temas de salud, educación y para los temas de seguridad ciudadana, pero con los recursos fiscales”, señala el analista.
Desde el próximo primero de junio, el país entrará en una nueva fase en la que el Gobierno ha pedido mayor disciplina por parte de los ciudadanos, teniendo en cuenta que habrá más gente en las calles sin tener una vacuna o un tratamiento efectivo contra el Covid-19.
Duque señaló que la intención es que se pueda ir recuperando la vida productiva en los distintos territorios del país, pero controlando los aforos, implementando medidas de bioseguridad y continuando con las restricciones en bares y restaurantes. Se mantienen cerrados los vuelos internacionales hasta que finalice la emergencia sanitaria el próximo 31 de agosto y se está evaluando la semipresencialidad en los instituciones educativas, pero también se abrió espacio para que los adultos mayores y niños puedan tener espacios al aire libre.
Desde el pasado 25 de marzo el presidente Iván Duque decretó aislamiento obligatorio y desde ese momento ha venido ampliando la permanencia de los ciudadanos en sus casas, pero con aperturas graduales de la economía. Sin embargo, se mantiene la preocupación el país debido a que se ha dicho que el pico de contagio del virus en el país está programado entre finales de junio y principios de julio.