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Fríamente calculado: así mataron a Valentina y trasladaron su cadáver

Un nuevo video es clave para armar el rompecabezas del asesinato de la DJ Trespalacios. Las grabaciones son de cámaras de seguridad del edificio donde la pareja se estaba mudando.

  • Poulos salió del apartamento con una maleta azul en la que estaría el cuerpo de Valentina y su cabeza tapada con una cobija. FOTO Captura de video
    Poulos salió del apartamento con una maleta azul en la que estaría el cuerpo de Valentina y su cabeza tapada con una cobija. FOTO Captura de video

La primera vez que Valentina Trespalacios ingresó a su nuevo apartamento el 20 de enero de 2022, se le vio feliz con unas maletas naranja. John Poulos, su novio desde hacía 8 meses, abrió la puerta y entró con una maleta azul, la misma que habría utilizado para sacar el cuerpo sin vida de Valentina y dejarlo tirado en un basurero en el occidente de Bogotá.

Ella estaba ilusionada. Minutos antes había enviado un video a su mamá contándole que ya tenían todo en el carro de Poulos: las bolsas de la mudanza y su oso de peluche. Estaba lista para iniciar una nueva vida junto al que juraba ser su amor eterno.

El idilio terminó en la mañana del 22 de enero cuando con una cuerda Poulos la habría asesinado mientras dormía y planeó milimétricamente cómo deshacerse de su cadáver.

Hacía las 9:50 a. m. las cámaras de seguridad del edificio, en el norte de la capital, captaron a Poulos salir del ascensor en el piso 8 con un carrito de mercado. En medio de una tranquilidad extraña, buscó la llave del apartamento y abrió la puerta sin afán.

Diez minutos después, Poulos salió con el mismo carrito y dentro de él, la maleta azul cubierta con una manta gris. Ahí iba el cuerpo de Valentina, que tuvo que meter a presión para que cupiera entero, pero su cabeza decidió taparla con esa cobija.

Esa maleta, como lo reveló EL COLOMBIANO, era la misma en la que Poulos trajo su ropa de Estados Unidos y fue descubierta por fotografías de un chat de WhatsApp que valentina dejó abierto en un computador de una amiga.

Poulos cerró la puerta y pidió el ascensor. Esperó impaciente con unos lentes oscuros y ropa negra. Miraba su reloj cada tanto contando los minutos para llegar hasta el parqueadero.

En el carrito de mercado también llevaba un bolso con las pertenencias de Valentina, las mismas que dejó tiradas en el aeropuerto El Dorado cuando planeaba escapar a Turquía, y luego a la capital de Montenegro, donde Colombia no tiene tratado de extradición. El crimen, al parecer, era premeditado.

Al llegar al parqueadero, Poulos ya tenía abierta la cajuela de su carro gris, dejó el carrito con el cuerpo sin vida a un lado y caminó unos metros para refrescarse y tomar agua. Al recuperar fuerzas, se devolvió para seguir con su plan.

Calculó la forma más eficiente para subir la maleta al carro, de manera que la cobija no cayera al suelo y que tampoco tuviera que hacer mucho esfuerzo físico. Tomó otro sorbo de agua, guardó el bolso de Valentina y con toda la frialdad, agarró la maleta y en un solo tirón, levantó el cuerpo y lo metió a la cajuela.

Luego, Poulos verificó que no quedara nada dentro del carrito de mercado y se subió a su carro. Todo el proceso tardó solo cinco minutos y le fluyó con tanta naturalidad. Esta última grabación sería la prueba que demostraría que Poulos habría asesinado a Valentina en el apartamento y no la mafia como lo expresó en el momento de su captura.

El plan continuó. El presunto feminicida manejó hasta la localidad de Fontibón. Según las investigaciones, recorrió la ciudad hasta llegar al parque Los Cámbulos, allí dejó la maleta con el cadáver de Valentina, y la cobija que cubría su cabeza también fue hallada en el contenedor.

Por ahora las autoridades buscan cotejar las placas del carro gris de marca Volkswagen que aparece hasta ahora en tres videos: cuando la recogió en su casa al sur de Bogotá, cuando llegaron al apartamento nuevo y cuando la dejó tirada en el basurero, el mismo que hoy parece un altar adornado con velas blancas, fotos de Valentina sonriendo, flores blancas y letreros de despedida.

El itinerario iba según lo esperado por Poulos. Luego de dejar el cadáver, el estadounidense se dirigió al aeropuerto internacional El Dorado y caminó sin prisa por los pasillos.

Luego de superar los controles de migración sin problema, abordó un avión hacia Ciudad de Panamá. Mientras tanto, en Colombia, la mamá de Valentina recibía la llamada de un amigo que le habría dado la noticia del asesinato de su hija.

Dos días después el plan de Poulos se cayó y fue detenido antes de salir para Estambul, y este jueves 26 de enero fue detenido por la Policía colombiana y enviado, en calidad de deportado, a Bogotá. En esa misma ciudad, en la capilla Jardín del Paraíso, a las 2 de la tarde, la familia de Valentina la despedía con flores y música electrónica en honor a su profesión que ejerció desde que era una adolescente.

Paulina Mesa Loaiza

Periodista de la sección Actualidad.

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