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Carlos Hernán Rodríguez se convirtió en el nuevo contralor de la República. El abogado fue elegido con el apoyo de la bancada de gobierno, 260 de los 296 asientos del Congreso e incluso con el visto bueno de los partidos de oposición. Pero, contrariando todo su discurso de campaña en torno a garantizar la independencia de los órganos de control, el ‘guiño’ del presidente Gustavo Petro fue clave y terminó montándolo.
Con la llegada de este vallecaucano a la dirección de la entidad de control fiscal, Petro consiguió poner a un Contralor a su medida repartiendo mermelada. Hizo todo lo contrario a lo prometido en la contienda.
Pero la llegada de Rodríguez promete cambios en esa entidad, porque el ahora contralor quiere modificar el sistema de elección de quienes ocupan su cargo para que el Congreso no intervenga. Es como cuando el ahora expresidente Juan Manuel Santos se propuso eliminar la reelección después de reelegirse.
El presidente del Senado, Roy Barreras, presentó este jueves un proyecto de reforma constitucional que contempla cambiar el formato de elección y, de paso, eliminar la Contraloría para crear un Tribunal de Cuentas que asumiría casi las mismas tareas.
“La Contraloría solo puede proferir fallos por medio de actos administrativos que son impugnados ante la jurisdicción administrativa. Con el Tribunal de Cuentas eso se elimina y profiere sentencias definitivas con carácter de cosa juzgada”, dijo.
Así se montó Rodríguez
El nuevo Contralor consiguió ser el sucesor de Felipe Córdoba con los votos de todos los partidos tradicionales que semanas atrás habían dado su apoyo a su excontricante María Fernanda Rangel. Ellos –el Conservador, La U y el Liberal– voltearon su decisión después de conseguir asientos en la repartija de los ministerios.
En su defensa, el funcionario respondió que “quienes están pensando que para llegar a este acuerdo hubo una repartija burocrática están totalmente equivocados. Lo único que me ha pedido la bancada del Pacto Histórico es que actúe de manera independiente y con transparencia”.
Su elección fue tan singular que hasta la oposición del Centro Democrático voto por él, y los independientes de Cambio Radical le dieron su respaldo a última hora tras la renuncia de Rangel.
Así que Rodríguez llega a la Contraloría con afinidades con todos los partidos, mientras en su pasado tiene coincidencias con cuestionados por parapolítica y corrupción.
La génesis de Contralor
Rodríguez pocas veces estuvo en cargos de elección popular, pero siempre fue cercano al poder. Su carrera comenzó como concejal de Palmira y luego pasó a la Asamblea Departamental durante uno de los periodos más duros del conflicto.
En abril de 2002 tenía un asiento en esa plenaria que dejó vacío por una diligencia personal. Sucedió un jueves 11 y la silla vacante fue su salvación, porque ese día la extinta guerrilla de las Farc secuestró a sus 12 compañeros de la Asamblea. De ellos, 11 fueron asesinados en cautiverio.
Aunque no aspiró a más contiendas, siguió en política como secretario de la Gobernación de Angelino Garzón (2004 - 2008) en el Valle, el exvicepresidente cercano al uribismo y al santismo y quien para entonces militaba en el Movimiento Convergencia, un grupo que salió de la Alianza Democrática M-19.
Para 2007 él apoyó la campaña a la Gobernación de Juan Carlos Abadía, quien terminó imputado por la Fiscalía por presuntos hechos de corrupción por supuestamente haber pagado 400 millones de pesos para dilatar una investigación en su contra. En ese mismo comité que antaño promovió la candidatura de Abadía estaba también el exsenador Juan Carlos Martínez, condenado por parapolítica.
Saliendo de paso a las críticas, el contralor responde que fue él quien denunció los gastos en exceso de publicidad de Abadía y que el proceso en la Corte Suprema fue un hallazgo realizado por él.
Los dos últimos cargos que tuvo fueron los de auditor general y de asesor de despacho en la Agencia Nacional de Tierras. Su paso por la auditoría fue un punto que le sirvió para finiquitar su elección para una gestión en la que promete ser independiente pese a que Petro y su ministro del Interior, Alfonso Prada, impulsaron su aspiración .