A medida que se acerca 2026 se intensifican también las movidas en el ajedrez del poder político criollo. Aun en la época navideña y de fin de año, persisten las pujas, anuncios y acuerdos en diferentes espectros, lo que corrobora —con creces— que la política colombiana no conoce tregua. La semana que termina fue particularmente dinámica: además de evidenciar que –pese al afán–, las alianzas se siguen cocinando a fuego lento, demostró también que algunos ya empezaron a deshojar margaritas y están alineando sus fichas.
El tema que marcó la movida en vísperas del 24 de diciembre fue, sin duda, las mentadas alianzas interpartidistas de cara al 8 de marzo de 2026. Aun cuando fue una fórmula que en el pasado les dio réditos a varios candidatos, hoy parece ser un camino agotado y muchos prefieren hacerle el quite.
Siguiendo la corriente de pesos pesados como los precandidatos Sergio Fajardo y Abelardo de la Espriella, los partidos Liberal y Cambio Radical le anunciaron a la Registraduría que cambiaban de parecer y se retractaron de su intención de participar en una consulta.
A la espera de que La U o los conservadores formalicen que también tomarán esa vía —tienen plazo hasta este lunes 22 de diciembre—, el Partido Demócrata hizo lo propio y anunció que tampoco participará en la consulta. Aunque no es una colectividad tan conocida en el escenario político, tomó relevancia esta semana tras su sorpresiva invitación para que Miguel Uribe Londoño, quien terminó saliendo por la puerta de atrás del Centro Democrático, sea su candidato.
“Colombia necesita un liderazgo con experiencia, sensatez y la capacidad de unir voluntades alrededor del bien común. Un liderazgo que entienda el valor de la vida, de la libertad y de la institucionalidad, porque ha conocido, en carne propia, lo que significa perderlo todo”, se lee en una carta que aún no tiene respuesta del dirigente.
Sin embargo, mientras la tendencia parece ser no ir a consulta, esta semana el bloque de centro-derecha que lideran figuras como el exsenador David Luna o el exgobernador Aníbal Gaviria sorprendió no solo al anunciar el arribo de la periodista Vicky Dávila, sino que lograron destrabar meses de desconfianza y sellar una coalición interpartidista.
El ramillete es nutrido y, además de la del Pacto Histórico y otros sectores de izquierda, pinta como una de las consultas más consolidadas de cara a 2026. Allí figuran los precandidatos presidenciales Mauricio Cárdenas (Avanza Colombia), Vicky Dávila (Movimiento Valientes), Juan Manuel Galán (Nuevo Liberalismo), Aníbal Gaviria (Unidos: La Fuerza de las Regiones), David Luna (Movimiento Sí Hay Un Camino) y Juan Daniel Oviedo (Con Toda por Colombia).
Inclusive, al final de la semana se sumó otro aspirante: Daniel Palacios, exministro del gobierno de Iván Duque. “El país vive momentos decisivos. Los colombianos estamos cansados de la política del odio, de vivir con miedo, de la improvisación y del desgobierno. Colombia exige unidad. Y la ‘Gran Consulta’ representa esa alternativa”, declaró.
Si bien la periodista Vicky Dávila figura como la más opcionada para llevarse la nominación, dado que cuenta con una intención de voto del 3,7 %, no deja de llamar la atención que la mayoría de miembros del bloque no suma más del 2 %. De hecho, candidatos como Palacios apenas registran el 0,2 %, según la más reciente encuesta de la firma Invamer (Ver gráfico).
Tal circunstancia debe tener a más de uno pensando si la mejor vía es la consulta o, como lo ha hecho la mayoría, irse en solitario o apostar por una encuesta. En diálogo con EL COLOMBIANO, días atrás el exgobernador Aníbal Gaviria defendía la necesidad de unidad.
“Nosotros hemos dicho que el tema no es de encuestas, el tema no es de selecciones a dedo, sino que los colombianos tengan la oportunidad de decidir quién es ese candidato o candidata de la gran consulta que va a la Presidencia”, defendió, al tiempo que le lanzó pullas al precandidato Abelardo de la Espriella, lo que deja entrever que la unidad de sectores de centro-derecha y derecha en 2026 parece lejana.
“Yo tengo dos líneas rojas para hacer alianzas o convergencias. Esas líneas rojas son cualquier candidato que represente la continuidad del Gobierno, porque creo que ese es uno de los extremos que divide a Colombia, y por el otro lado una candidatura de extrema derecha. La del candidato De la Espriella creo que también es una candidatura que perpetúa y profundiza la división de los colombianos”, agregó.
Eso sí, Gaviria le lanzó un guiño a Sergio Fajardo y a Paloma Valencia –la ungida del Centro Democrático para la competencia–, y no ocultó su deseo de que se puedan unir a la consulta. “Con Sergio yo personalmente tengo la mayor sintonía, aprecio y respeto (...) Paloma Valencia me parece una mujer firme, pero sensata. Me parece una mujer sensible. En el caso de Paloma, las puertas están abiertas”.
¿Se concretará una consulta?
Para el profesor Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario, lo que se está viendo en el panorama político es que se están desdibujando los bloques en la oposición y se diluyó esa idea que plantearon los expresidentes César Gaviria –director del Partido Liberal– y Álvaro Uribe –jefe máximo del Centro Democrático–, alrededor de una gran consulta que abarcara toda la oposición.
“Hay una gran fragmentación en este momento. Aún cuando faltan menos de seis meses antes de la primera vuelta tenemos todavía una cantidad realmente nunca vista de precandidatos. Sabemos muy bien que no todos irán hasta el final, pero de todos modos lo que se anuncia es que para la primera vuelta ya tendremos probablemente una cantidad significativa de candidatos y un paisaje bastante fragmentado por el lado de la oposición”, explica.
Cuestionado sobre por qué De la Espriella y Fajardo —con la sartén por el mango—, rechazan de tajo una consulta, Basset manifiesta que hoy por hoy le hacen el quite dado su posicionamiento en las encuestas. Según Invamer, después de Iván Cepeda (31,9 %) en el partidor hoy figuran el abogado (con 18,2 %) y el exalcalde (con 8,5 %).
“Consideran que tienen una base suficiente en la opinión pública para ir solos a primera vuelta y eventualmente pasar a la segunda. No quieren desgastarse y quieren inmediatamente entrar a competir un poco con Iván Cepeda. De todos modos es una decisión arriesgada porque con esta fragmentación podrían surgir candidaturas viables que hoy día no se ven todavía con mucha claridad, pero que podrían despegar muy rápidamente. Pienso, por ejemplo, en Paloma Valencia”, agrega.
Para el catedrático, en contra de Fajardo juega que hoy no registra ni el 10 % de intención de voto, mientras que De la Espriella “aún es muy frágil, porque probablemente muchos de sus electores podrían apoyar a otro candidato de derecha si se ve más viable frente a Iván Cepeda en una segunda vuelta”.
El desafío de Paloma Valencia
Otra de las movidas durante esta semana fue la nominación formal de la senadora Paloma Valencia como la candidata única del Centro Democrático con miras a las elecciones del próximo año. No obstante, su elección desató controversia.
Aunque se creía que la elección de Valencia pondría fin a las rencillas y discusiones internas en el uribismo, lo cierto es que persisten los reclamos y pullas por el proceso que dio como ganadora a la senadora de cara a 2026.
Tanto María Fernanda Cabal como el ex precandidato Miguel Uribe Londoño enfilaron contra la colectividad, mientras que el expresidente Álvaro Uribe Vélez —jefe máximo del partido— se pronunció y de manera enérgica respondió que “nadie puede decir que en esta larga vida política le he hecho trampa”.
Por un lado, Cabal arreció en sus cuestionamientos alrededor de la encuesta como método de selección del candidato en lugar de apostar por una consulta. En ese sentido, con todo y que el partido divulgó los resultados de las mediciones, la congresista instó a revelar la metodología.
“¿Por qué no se revela la metodología? Porque es que yo saqué 207.000 votos, soy la senadora más votada en la historia, a mí no me gusta que no exista proporcionalidad en las cosas. La lógica es una, quiero saber el mecanismo de medición, punto”, sostuvo Cabal en diálogo con La Hora de la Verdad.
Previamente, la congresista le lanzó un mensaje directo al expresidente Uribe y le pidió no generar confusión, en referencia a sus encuentros y reuniones con otros candidatos diferentes a los del Centro Democrático. “No nos podemos seguir equivocando”, dijo, ratificando que, fiel a los acuerdos, respaldará integralmente la candidatura de Paloma Valencia.
Por su parte, el dirigente Miguel Uribe Londoño —quien terminó apartado del proceso luego de que supuestamente se acercó al candidato Abelardo de la Espriella y le ofreció ser su fórmula vicepresidencial—, expresó dudas frente al manejo de la colectividad. “Me siento liberado de una mordaza que tenía (...) Yo no abandoné el partido Centro Democrático. A mí alguien, algún directivo, por una decisión injusta, apresurada, porque no me quería en el partido, no quería que yo fuera el candidato, tomó la decisión de sacarme del proceso sin ninguna... sin debido proceso, sin preguntarme a mí nada”, reclamó en diálogo con Telemundo 51.
Inclusive, llegó a decir que su hijo, el fallecido senador Miguel Uribe Turbay, fue víctima de hostigamiento y amenazas al interior del partido. “A Miguel lo hostigaron y amenazaron en el partido, las candidatas compañeras de él, porque él les iba ganando”.
Ante la controversia, el expresidente Uribe se refirió indirectamente a los reclamos y frente al proceso de selección insistió en que se debe hacer público todo el mecanismo. “Yo creo que mi deber es, simplemente, pedirle al partido Centro Democrático que publique, como lo está haciendo, todas las actas. Aquí nunca se ha hecho trampa”, explicó en la emisora del Atlántico.
“Mi vida política ha tenido mucha controversia, pero nadie puede decir que en esta larga vida política le he hecho trampa”, precisó.
En medio del rifirrafe queda Paloma Valencia. Si bien ya aceptó que está contemplando medirse en una consulta con otros sectores —tiene plazo de formalizarlo hasta mañana—, reconoció que también deberán sanar las heridas internas y tratar de lograr la unidad.
“Las consultas y los mecanismos que habrá para llegar los estamos discutiendo. Estamos en conversaciones para decidir qué es lo que se va a hacer. Nuestro propósito, por supuesto, es ganar la Presidencia, pero tenemos que tener toda la tranquilidad para tomar decisiones concertadas, que todos quedemos tranquilos y esa es la idea”, dijo a este diario.
Aunque aún resta una semana larga para que concluya el año, todas estas movidas desde diferentes frentes —que incluyen una dudosa candidatura del exalcalde Daniel Quintero con aval indígena—, prometen seguir intensificándose. Justo toda esta dinámica electoral, que comienza a avivarse bien, podría ser un preludio de lo que viene para el país en un agitado 2026. Restan días.
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