El canciller Álvaro Leyva, quien fue suspendido tres meses por la Procuraduría tras el escándalo de Thomas Greg and Sons, podría no regresar a su cargo, de acuerdo con fuentes del alto Gobierno.
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El canciller podría no regresar al cargo una vez termina la suspensión de la Procuraduría.
El canciller Álvaro Leyva, quien fue suspendido tres meses por la Procuraduría tras el escándalo de Thomas Greg and Sons, podría no regresar a su cargo, de acuerdo con fuentes del alto Gobierno.
En Palacio no entendieron la controversia con el exsecretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores, Juan José Salazar, quien, luego de que se oficializó la salida de Leyva por la suspensión de la Procuraduría, decidió firmar la resolución que adjudicaba el contrato por más de 500.000 millones de pesos para los pasaportes a la empresa Thomas Greg and Sons. A pesar de esa resolución, que luego fue revocada por el propio Gobierno, el contrato nunca se firmó y el canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, ya revocó todos los actos administrativos entorno a los pasaportes.
Lo cierto es que el papel de Salazar fue algo no previsto por nadie, ni por el propio Leyva, que había trabajado con él y lo conocía desde hace varios años por lo que decidió llevarlo a su equipo en la Cancillería, sin esperar que este contrariara todas sus decisiones y la línea del presidente Gustavo Petro para terminar firmando la adjudicación del contrato.
Ahora el panorama de Leyva es adverso. Según pudo conocer EL COLOMBIANO, su caso es motivo de análisis por el Gobierno, que analiza si debe regresar o no al cargo una vez termine la suspensión de la Procuraduría. Leyva no quiso cumplir al principio esa suspensión pero terminó acatándola cuando el presiente Petro fue notificado. Lo que no se sabe hasta ahora es si Murillo continuaría en ese cargo (hay quienes lo perfilan como candidato para el 2026) o si regresaría a Washington para continuar al frente de la Embajada de ese país.
Lo que es cierto es que en el Gobierno consideran que el tema de los pasaportes fue muy mal manejado por Leyva. Hay que recordar que este terminó pagando alrededor de 30 millones de pesos de caja de la cartera para supuestamente conseguir una información sobre la compañía que una fuente le prometió, pero terminó siendo una estafa. Los chats de la negociación con el canciller se hicieron públicos por cuenta de la Revista Semana.
Si se confirma el movimiento, este sería otro de los cambios del gabinete del presidente que se detuvieron en los últimos meses con la salida de la ministra de Deporte, quien tuvo que afrontar también la pérdida de los juegos panamericanos. El canciller encargado ha tenido que manejar la controversia con Argentina y Venezuela y está al frente de todos los temas de impacto internacional en donde el presidente tiene agenda; transición energética y medio ambiente, reducción de hidrocarburos y política de drogas. Murillo ha dicho que esta es una responsabilidad temporal por servicio al país, pero el presidente podría pedirle que se mantenga al frente de la Cancillería y desde ahí siga liderando las relaciones con Estados Unidos, sin dejar de nombrar a un embajador de confianza en Washington.