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Coronavirus, el desafío político que Duque capotea

Aislamiento, unión, mensajes presidenciales frecuentes y llamados a la calma, entre los cambios de la realidad diaria.

  • Para el semiólogo, el cambio de chaqueta en la alocución del miércoles pasado mostró que el presidente buscaba mostrarse menos formal, y hablarle a la clase más vulnerable. FOTO Presidencia
    Para el semiólogo, el cambio de chaqueta en la alocución del miércoles pasado mostró que el presidente buscaba mostrarse menos formal, y hablarle a la clase más vulnerable. FOTO Presidencia
31 de marzo de 2020
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En los últimos siete días, el presidente Iván Duque ha salido en televisión tanto como en sus días de campaña. Desde el domingo pasado, bajo un formato en el que hace las veces de moderador, explica al país cuáles son las decisiones que ha tomado el Gobierno para enfrentar el coronavirus. Han sido ocho horas durante la semana en las que se le ve hablando de lo mismo: la pandemia.

Es un ejercicio didáctico que, aunque presenta cifras, Duque lo aterriza al ciudadano del común al punto que hace las veces de aquel que compra arepas o del camionero que necesita transportar la carga. Y así, todos los días a las seis de la tarde, aparece en las pantallas agradeciéndole a Dios y enviando dos mensajes puntuales: lavarse las manos y fortalecer la unidad como país. También se encomienda a la Virgen de Chiquinquirá.

Una pausa, en un momento complejo, que le permite asumir el liderazgo y deja atrás temas que gobernaban la agenda como la Ñeñepolítica, y el paro nacional que estaba programado para la semana que termina. Los analistas advierten que se está jugando su popularidad pero no es claro si a la gente le interesa escucharlo todos los días. Su verdadero examen estará a mediados de abril cuando el país sepa si logró dominar la pandemia con medidas tan drásticas como la declaratoria de emergencia nacional.

A pesar de esto, para los expertos Duque no convence, al menos en la manera de hablar. Se ve distante, acartonado, repetitivo. Su punto a favor: ha implementado políticas trascendentales. Es más, sobre su mesa hay decisiones que apenas algunos países de Europa están tomando y que, por ejemplo, Estados Unidos ni siquiera ha considerado. Su punto en contra: está fungiendo de moderador y no de mandatario. Su gabinete no es visible pero ha tomado decisiones cercanas a los ciudadanos como reconectar los servicios públicos a los estratos 1 y 2.

Para Carlos Soto, exdecano de Educación de la Universidad de Antioquia, el problema con las medidas implementadas por el Gobierno tiene que ver con debilidades en los mensajes que establecen el presidente y su equipo de ministros con la comunidad.

“El problema es la comunicación, que inicialmente se enfocó en los gremios económicos y en el sector productivo”, dice el docente, quien agrega que se entiende que lo que busca el presidente es garantizar que los empleos no se vean tan golpeados con la crisis derivada de la emergencia.

No obstante, sostiene que no está abusando de las alocuciones y mensajes en televisión y radio, pues la sociedad debe estar informada y es mejor que la información provenga del mismo presidente.

José Morales, lingüista y semiólogo, docente de la Universidad de Antioquia, coincide en que es clave que el presidente intente mantener un diálogo directo, pues llega a través de radio y televisión o por redes sociales, para los más jóvenes.

No obstante, Arias destaca que hacerlas a diario y “sin que exista algo nuevo y significativo que decir, puede ser contraproducente porque minimiza el valor del mensaje. Hace que pierda relevancia”.

Morales explica que inicialmente las medidas adoptadas fueron “blandas”, pensando en que el país no se vería tan impactado por el coronavirus, pero, rápidamente, el presidente cambió de actitud. Una de las imágenes más recordadas fue cuando hizo los anuncios más duros, como el de la cuarentena. Ahí se dejó ver acompañado de todo su equipo asesor.

A juicio de Morales, que el presidente se mostrara acompañado era básicamente para indicarle al país que tenía un respaldo técnico y científico en las decisiones, para que la ciudadanía entendiera que no era un “capricho” presidencial.

Otra lectura de Morales tiene que ver con el cambio de vestimenta. Pasó del traje formal a una chaqueta informal, marcada con su nombre en la parte izquierda del pecho. Una imagen acorde con los tiempos de crisis.

“Entre los anuncios ha buscado hablarles directamente a las clases más vulnerables, queriendo mostrarse más cercano”, dice el semiólogo.

Y tiene la razón, pues luego de que el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, terminó su intervención que tenía algunos tecnicismos, el presidente “tradujo” las decisiones que eran para beneficio de todos, en especial a los pequeños y medianos empresarios.

A Duque le quedan al menos 15 días de exposición diaria en los medios de comunicación. En sus manos y en la de sus asesores está cambiar la curva de popularidad que tenía. Mostrarse cercano y hablar el lenguaje de la gente sigue siendo su gran desafío .

1,15
beneficiarios de Colombia Mayor recibirán recursos adicionales del gobierno.
14,8
billones de pesos tiene el Estado para atender la emergencia por covid-19.
23
días han pasado desde que se detectó el primer caso de coronavirus en el país.
27
laboratorios clínicos en el país están a cargo de la detección del virus.
120
mil familias se beneficiarán con la reconexión del servicio de agua en el país.

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