Retratos hablados e imágenes en Facebook con ropa idéntica a la que usó para cometer el crimen, fueron las piezas claves que usó la Fiscalía General de la Nación para identificar y capturar a Pedro José Trujillo, el confeso asesino de una joven estudiante en Bucaramanga cuyo caso consternó a la ciudad y el país por la sevicia del atentado.
Tras interceptar a Nickol Valentina Rodríguez en un sitio conocido como el Mesón de los Búcaros, Trujillo habría intentado robarle el celular y, en medio de ese forcejeo, le habría propinado tres puñaladas mortales.
Pese a que esos fueron los datos preliminares del homicidio, más detalles del caso se fueron conociendo tras la investigación del ente acusador y la confesión del hombre de nacionalidad venezolana.
En la audiencia, Trujillo detalló el suceso minuto a minuto asegurando que su intención no era asesinar a la niña y argumentó que el robo lo hizo porque su familia en Venezuela estaba aguantando hambre.
Entre esos detalles –que aún no han sido verificados por Cancillería, Fiscalía o entidades de Venezuela– Trujillo dijo tener un hijo de 15 años al que quería regalarle unos zapatos. Un hecho paradójico si se tiene en cuenta que esa era la edad que tenía Nickol el día en que fue asesinada.
El caso ha sido tan dramático que después de escuchar las justificaciones del hombre y la narración de cómo hirió a Nickol con un arma blanca, el juez del caso se vio afectado emocionalmente y se tomó un tiempo para reponerse.