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Los obstáculos de los estudiantes de Medellín para permanecer en las aulas

En 2016,10.024 niños y jóvenes abandonaron sus clases. Extraedad y repitencia, factores que inciden.

  • FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    FOTO MANUEL SALDARRIAGA
Mantener las aulas llenas es la tarea
23 de junio de 2018
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Nicolás Parra, de 17 años, estaba en décimo grado cuando decidió salirse del colegio. Sus notas regulares y “verse más grande” que sus compañeros, le hizo pensar que era mejor parar las clases y trabajar con su tío en la tienda familiar.

Él hace parte de los 10.024 estudiantes de instituciones públicas de Medellín que, durante 2016, desertaron del proceso escolar. En su caso, factores cómo la extraedad y la repitencia, incidieron a la hora de desisitir del colegio. ¿De qué se trata esto y cuál es su impacto?

Luis Guillermo Patiño, secretario de Educación de Medellín, reconoció que esta es una problemática que preocupa en la ciudad y, aunque las tasas de deserción escolar han disminuido (ver gráfico), hay que mantener las estrategias.

En la presentación del informe de Calidad de Vida de Medellín Cómo Vamos, Piedad Restrepo, directora de la alianza, indicó que el 18 % de los jóvenes de la ciudad no está estudiando ni logró terminar el bachillerato. Un asunto que, según Restrepo, amerita estrategias urgentes por parte de la administración municipal.

Regreso al colegio

Aunque no entregó cifras detalladas, Patiño aseguró que comunas como Manrique, San Javier, Villahermosa, Santa Cruz y Robledo, son las que registran índices más altos de deserción.

Sin embargo, el secretario manifestó que desde 2014 la tasa de deserción escolar ha disminuido gracias a estrategias como “En el colegio contamos con vos”, a través de la cuales se han identificado cerca de 3.500 niños y jóvenes desescolarizados, a quienes se les apoyó en el proceso de matrícula y retorno a los colegios y se les brindó acompañamiento psicosocial.

A dicha iniciativa se le suma el fortalecimiento del Programa de Alimentación Escolar, el apoyo en transporte y el fomento de entornos escolares seguros en cada institución.

No obstante, aspectos cómo la extraedad (que un estudiante tenga un edad superior al promedio de sus compañeros) y la repitencia o reprobación constante de grados, siguen determinando la inasistencia a las aulas.

“Es uno de los asuntos más delicados del sistema educativo. Los jóvenes no se sienten bien cuando tienen más edad que sus compañeros, por ello, hemos diseñado varias estrategias, de las cuales somos incluso pioneros en el país”, anotó Patiño.

A la estrategia que se refiere el funcionario es la aceleración del aprendizaje, a través de las cuales los jóvenes nivelan sus conocimientos y se reintegran a los niveles correspondientes. “Cerca de 4.000 estudiantes se han beneficiado al recibir formación complementaria que les permite estar con grupos acorde a su edad”, agregó.

Durante la formación secundaria, según los informes de la Secretaría de Educación, es la etapa en la que presentan más casos de extraedad o repitencia. En 2016, representó el 4,64% del total de jóvenes desertores. El grado sexto, además, es el más crítico precisamente en el momento en que inicia la formación del bachillerato. Incluso, este grado junto con séptimo y octavo, son los que más reprueban los estudiantes de Medellín.

“En este caso, adelantamos un proceso de adaptación entre la primaria y la secundaria, buscando que se dé una transición exitosa”, dijo.

El reflejo del problema

El problema no cede a medida que avanza la formación. El informe de Calidad de Vida también evidenció la baja cobertura pues tan solo 36 de cada 100 jóvenes acceden a la educación superior.

“Hay que llegarles con oportunidades para que, mínimo, culminen el bachillerato y, después, se pueda pensar en ampliar las oportunidades en educación superior”, puntualizó Piedad Restrepo.

Para Felipe Gil, exsecretario de Educación de Medellín y de Antioquia, además de las estrategias mencionadas, las cuales considera pertinentes e importantes, hay una adicional que juega un papel fundamental.

“Son muchos los factores que llevan a que un joven desista de estudiar. Para motivarlo e invitarlo a que se quede, es necesario consolidar en los últimos grados la oferta de media técnica, que haya elementos distintos al programa tradicional que generen aspiración, exploración”.

Para Gil cuando un joven se plantea un proyecto de vida en torno a la formación y educación, puede encontrar más fácil apoyo de su familia, por ello es importante darle opciones y respaldarlo.

“También, es bien sabido que si accede a una educación terciaria o profesional, y si se interesa por ella desde el colegio, accederá más fácil a un empleo y a la consecución de recursos económicos”.

De acuerdo con el exsecretario las cifras actuales deben servir no sólo para crear estrategias enfocadas al retorno de los estudiantes a clases. También, es una oportunidad para trabajar en las metodologías de enseñanza de las instituciones públicas.

“Esto nos lleva a pensar en que cada día debemos desarrollar nuevos métodos de aprendizaje, de actualizar los modelos. Se debe cambiar a una enseñanza que resalte las habilidades más cercanas al mundo real, que se conecten con el proyecto de vida del joven”, puntualizó .

Infográfico

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