Tras seis años del lanzamiento de Agamenón, operación más grande en la historia de Colombia contra una estructura criminal, Dario Antonio Úsuga David, alias “Otoniel” y máximo líder del Clan del Golfo, pasó la noche en poder de las autoridades colombianas.
El narco más buscado del país fue capturado en la tarde de este sábado en el sector conocido como el cerro Yoki, en el corregimiento El Totumo, del municipio de Necoclí. Ello ocurrió previo a caer la tarde, en medio de un operativo llamado Osiris, con la participación de 500 comandos.
Una vez se conoció la noticia, las autoridades agotaron el procedimiento para trasladar a alias “Otoniel” desde el Urabá antioqueño a Bogotá. Ya en la noche, se conocieron las imágenes de su llegada, mediante avioneta de la Policía Nacional y fuertemente escoltado, a la base militar de Catam.
Pasado este hecho, comenzaron a correr los trámites de legalización de captura. Los delitos que se le endilgan a “Otoniel” se activan con la medida de aseguramiento y lo que puede venir en estos días es la audiencia de control de garantías correspondiente a este proceso.
Por lo que debe responder
Según la Fiscalía, “Otoniel” tiene 122 órdenes de captura y siete medidas de aseguramiento (en calidad de reo ausente) de diferentes despachos judiciales, por cargos de homicidio, concierto para delinquir, terrorismo, secuestro extorsivo y narcotráfico, entre otros.
También tiene seis sentencias condenatorias vigentes, entre ellas una de 40 años de prisión por la masacre de 49 personas en Mapiripán, Meta, durante sus días de paramilitar en 1997. A esto se suman los pedidos de extradición de tres cortes federales de EE.UU., por conspiración para exportar y distribuir cocaína en ese país.
Por estas últimas responsabilidades, precisamente, es que pueden despuntar dos escenarios jurídicos para alias “Otoniel”. El primero, por su participación en el conflicto armado como integrante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entre 1996 y 2006, periodo en el que ensanchó las filas del bloque Centauros, en los LLanos Orientales. Su verdad y responsabilidad por los hechos que se le endilgan en este tiempo podrían ser sometidos ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
El segundo escenario es la extradición. Los pedidos por varias cortes estadounidenses podrían concretarse una vez la Corte Suprema de Justicia y la Presidencia de la República aprueben el proceso, pero este podría tardar de seis meses a un año. De hecho, la Embajada de Estado Unidos en Colombia celebró la captura, tras precisar que el país norteamericano estaba tras la pista de “Otoniel” desde 2009.
“Él y quienes están bajo su mando han utilizado la violencia y la intimidación para causar estragos en la vida de los colombianos de las zonas rurales durante décadas. La cooperación de las fuerzas de seguridad juega un papel fundamental para brindar la seguridad que estos merecen”, expresó la Embajada.
Posibles sucesores
Respecto a la organización criminal Clan del Golfo, la captura de alias “otoniel” no implica su fin, necesariamente, como lo han indicado altos funcionarios del gobierno de Iván Duque. Tal cual ocurrió cuando fue capturado “don Mario”, lo más probable es que el sucesor de “Otoniel” salga del estado mayor de la organización.
En ese sentido, según los dosieres policiales, la lista de candidatos comienza con Jobanis de Jesús Ávila Villadiego (“Chiquito Malo”), desmovilizado del bloque Bananero de las Auc, pedido en extradición por EE.UU. y considerado el número dos del cartel.
Le sigue Wilmar Antonio Giraldo Quiroz (“Siopas”), exguerrillero de los frentes 5° y 58 de las Farc, y actual comandante del bloque Pacífico del Clan, con influencia desde Chocó hasta Nariño.
Y José Gonzalo Sánchez Sánchez (“Gonzalito”), primo de crianza de “Otoniel”, desmovilizado del bloque Catatumbo de las Auc y cabecilla del bloque Roberto Vargas Gutiérrez del Clan, que opera en Córdoba, Sucre y Bajo Cauca. Las fuentes de Inteligencia precisaron que ninguno tiene la capacidad de aglutinar que caracterizaba a “Otoniel”, por lo que prevén disputas internas y divisiones por el poder.
En ocasiones pasadas, cuando murieron cabecillas del Clan en operaciones de la Fuerza Pública, la reacción de la estructura mafiosa fue promover paros armados y planes pistola contra la Policía en sus áreas de influencia, situación que prende las alarmas por el encarcelamiento de “Otoniel”.