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En medio de su intervención como uno de los 40 mandatarios invitados a la Cumbre de líderes sobre el Clima, el presidente Iván Duque pidió a sus pares seguir explorando mecanismos innovadores para luchar contra el cambio climático.
Entre las propuestas que mencionó Duque en la reunión convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió promover más los canjes de deuda por protección efectiva del clima.
Esta es una figura que permite a los países endeudados con potencias como Estados Unidos o China negociar alivios de sus deudas por unos montos específicos, a cambio de desarrollar diversos proyectos de conservación ambiental.
Y aunque es un mecanismo diseñado hace más de 30 años, la Cepal ha señalado en varios informes recientes la necesidad de que países latinoamericanos acudan más a este recurso no solo para aliviar su economía golpeada por la pandemia sino para hallar soluciones a problemáticas como la deforestación y la pérdida de biodiversidad.
Duque recordó además que Colombia renovó el año pasado sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero pasando del 20 % al 51 % para 2030, en la que es considerada una de las metas más ambiciosas entre los países integrantes del Acuerdo de París.
Este será el compromiso que llevará Colombia a la cumbre del Clima en Glasgow el próximo mes de noviembre, junto con la meta de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Según reiteró el mandatario, el cumplimiento de ambos compromisos estará estrechamente ligado al éxito de la transición energética. Duque aseguró que cuando comenzó su mandato solo el 0,5 % de la matriz energética estaba en energías renovables no convencionales y la meta del actual gobierno es que para agosto de 2022, cuando finalice su período, esté en el 14 %.
También mencionó los avances en materia de transporte limpio. “Gracias a las medidas e incentivos que hemos creado, nosotros ya tenemos la flota de transporte público urbano eléctrico más grande de América Latina y del Caribe, y la flota de carga eléctrica más grande también en nuestra región”, dijo.
El exministro y presidente del Foro Nacional Ambiental, Manuel Rodríguez, respalda que efectivamente Colombia está haciendo esfuerzos destacables en materia de transición energética pero siente que desde el discurso y la propuesta del Gobierno se le resta importancia al papel que deben tener los sectores productivos, y concretamente la ganadería y la agricultura, en la reducción de gases.
“El 55 % de las emisiones del país son producto del sector Afolu (Agricultura, Silvicultura y Otros Usos del Suelo) que se vincula con la deforestación”, anota Rodríguez.
Francisco Charry, director de Cambio Climático y Gestión del Riesgo de Minambiente, señala que el Gobierno sí tiene una estrategia clara para darle un vuelco a todos los sectores productivos, incluyendo la agricultura y ganadería respaldada por la cooperación internacional, pero que “lograrlo requiere de una coordinación sin precedentes en el país que involucre al sector privado, público y a la ciudadanía”.
Los temas que se eludieron
La noticia más relevante de la cumbre la entregó Biden al anunciar que Estados Unidos reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero entre el 50 % y el 52 % para 2030 y se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Los analistas esperaban no solo que la nueva meta fija de Estados Unidos llegara al 55 % sino que China lo emulara y fijara una nueva ambición climática, pero esto último tampoco ocurrió.
No obstante, para las organizaciones ambientales la gran deuda de la cumbre fue el poco espacio otorgado a las comunidades y minorías, cuyos roles son fundamentales para lograr las metas climáticas en todo el mundo.
Hacía apenas un mes la ONU había “rajado” a las naciones en un informe en el que señaló la importancia de las comunidades indígenas en la lucha contra el cambio climático y la inacción de los gobiernos por protegerlos y trabajar de la mano con ellos.
Las comunidades indígenas salvaguardan el 80 % de la biodiversidad del planeta, y sumando los territorios de titulación colectiva indígena en Brasil, Bolivia y Colombia se evitan entre 42,8 y 59,7 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Justamente ayer entró el vigor el Acuerdo Escazú, que establece la participación pública, el acceso a la información y a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe, en síntesis, un mecanismo fundamental para proteger a quienes cuidan el medio ambiente, el cual fue ratificado por 11 países, entre los que no se encuentra Colombia, pues su ratificación está actualmente engavetada en el Congreso.
Y es que como lo señala señala Lina Muñoz Ávila, directora de los programas en derecho y gestión ambiental de la Universidad del Rosario: “Colombia tiene un enorme potencial para ejercer un liderazgo ambiental en el mundo, pero la realidad en este momento es que es un país que no ofrece seguridad a quienes defienden el territorio (64 líderes ambientales fueron asesinados en 2019 según Global Witness), y tenemos grandes rezagos en materia jurídica, de manera que sin asumir compromisos integrales, de fondo, no es posible que asuma ese rol”